Mario Conde tejió una red de blanqueo en torno a su pazo de Ourense 

Fondos procedentes de sus sociedades en el extranjero pagaron reformas a empresas 'fantasma', trabajos de carpintería a autónomos e incluso el alquiler del inmueble a la familia política de Baltar 

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Una de las empresas utilizadas por Mario Conde para repatriar fondos a España juega un papel central en todo lo que tiene que ver con el pazo del ex banquero en A Mezquita (Ourense), adquirido a través de un alquiler con opción a compra a la familia política del presidente de la Deputación, Manuel Baltar.

Barnacla, una sociedad pantalla para camuflar los fondos procedentes de sociedades en el exterior, según apunta la investigación que llevó a Conde de nuevo a prisión por mandato de la Audiencia Nacional, fue la encargada de pagar reformas de todo tipo en el inmueble, e incluso el alquiler del pazo, con transferencias urgentes procedentes de Galloix, domiciliada en Suiza, cuando a Barnacla se le acababa el saldo.

Estos pagos se efectuaron en algún caso a empresas fantasma, que declaran en el Registro Mercantil no tener trabajadores y una cifra de negocio inferior a lo que, supuestamente, les pagaba Conde por sus servicios.

Reformas en Chaguazoso

Es el caso de Construcciones del Bal, que según el auto del juez Pedraz habría facturado a Barnacla 125.805 euros solo en 2014. La empresa declaró ese año una cifra de negocio de 50.800 euros. En años anteriores, Conde habría pagado por diversos trabajos de reforma en el lujoso pazo de Chaguazoso (A Mezquita), que llegó a formar parte de la oferta de turismo rural de Turgalicia, más de 138.000 euros entre 2010 y 2013 transferidos de una cuenta en Caixabank.

De una cuenta en el Sabadell, otros 105.000 euros entre 2013 y 2015 fueron destinados a los ‘retoques’ en el inmueble realizados por la empresa ourensana, domiciliada en la misma localidad que el pazo.

Alquiler y carpintería

Barnacla también se habría encargado de pagar a Casa Grande da Cerca, la sociedad titular del pazo, y a la familia Caldelas, la propietaria, el alquiler del inmueble. Según la investigación, habría abonado pagos por valor de 422.600 euros entre 2009 y 2013, a lo que siguieron transferencias mensuales de 2.400 euros que tenían como última garantía el brazo financiero en el extranjero, volcando fondos para atender los pagos.

Incluso labores de carpintería se sufragaron con este mecanismo. Pequeños importes abonados entre 2010 y 2014 a Vidal Couto, registrado como autónomo en Verín, dan cuenta de ello. Eran cuentas a nombre de Barnacla quienes movilizaban las cantidades: 4.130 euros en 2010, 8.130,80 en 2011, 8.410,86 € en 2012, 3.502,95 € en 2013 y 8.744,67 euros en 2014.
Barnacla tiene como socio único a la suiza Galloix Holdings y en su administración aparece uno de los testaferros de Conde, María Cristina Fernández Álvarez. Mario Conde «se habría servido de esta sociedad para garantizarse un ahorro fiscal muy importante en sus actividades personales, al servirle de ‘pantalla’ para tributar a través de la sociedad en vez de hacerlo en su propio IRPF», señaló la Audiencia Nacional en el famoso auto que acabó con el ex banquero de vuelta en prisión.

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