Los tres faroles de Jesús Lence

Es la tercera vez en siete años que el dueño de Leite Río, ante un problema, amenaza con trasladar sus plantas a Madrid

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«A este paso nos vamos de Galicia». Así se las gastaba Jesús Lence Ferreiro, propietario de Leite Río y Leyma, en la convulsa primavera de 2009, en pleno conflicto del sector lácteo. El industrial comenzaba así a aplicar una estrategia, la de amenazar con la deslocalización de sus plantas, que llega hasta estos días. Con el anuncio de la semana pasada, son ya tres veces en siete años las que Lence amenaza con trasladar sus fábricas. Y siempre al mismo destino: Madrid. 

La advertencia de la semana pasada, tras la orden de derribo a su planta de O Ceao por parte del Tribunal Supremo, ha encendido todas las alarmas, con críticas cruzadas entre Xunta y Concello por los problemas urbanísticos, latentes y sin resolver, de las instalaciones lucenses. El pasado mes de septiembre, que tras el fin de las cuotas lácteas provocó una singular movilización en el sector lácteo, Lence volvía a la carga con el traslado de sus plantas.

Siete años de amenazas

«Nos tenemos que ir de Galicia con una o dos plantas. A este paso Leite Río se va. Tengo que ser competitivo con las de Aranda de Duero, Valladolid o cualquier punto de España. Si seguimos así vamos a acabar por no pagar al ganadero. Si yo no vendo qué voy a comprar», advertía el primer industrial lácteo de Galicia en la primavera de 2009. «Si a mí me obligan a pagar a 34 céntimos el litro, cierro el mes que viene. Yo soy un empresario que compra, envasa y vende. Pero la crisis está afectando a todo. La gente no quiere comprender que hay crisis. Si los franceses bajan el precio tenemos que seguirles», explicaba entonces. 

El pasado mes de septiembre, después de sufrir el bloqueo de sus instalaciones industriales por parte de los ganaderos que exigían un precio justo por su leche, el empresario anunciaba que ha decidido poner tierra de por medio para cubrirse ante futuras acciones de los productores lácteos.

La nave madrileña

La búsqueda de una planta cerca de las grandes áreas de consumo para abaratar costes era una de las iniciativas en las que trabajaba el empresario gallego hace menos de siete meses. Lence le había echado el ojo a una nave de 30.000 metros cuadrados en un polígono industrial madrileño, según anunció en ese momento.

Aplicando la misma praxis, Lence avisa ahora de que si el Ayuntamiento de Lugo no aporta una solución a la planta envasadora de leche del polígono lucense de O Ceao II, tras la sentencia del Tribunal Supremo que confirma la orden de demolición, optará por «la deslocalización» de la fábrica, otra vez a Madrid.  Aunque ha modulado el mensaje en los últimos días, Lence ha advertido que esa sentencia «puede tener la consecuencia que quiera el Ayuntamiento de Lugo», «porque el terreno es urbanizable y la planta es legalizable», dijo.

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