Los traslados de Inditex ponen en jaque a las grandes áreas

Dolce Vita y Área Central buscan alternativas tras la marcha del gigante textil

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Inditex marca el paso. La presencia de las distintas cadenas del imperio textil en las grandes áreas comerciales asegura la llegada masiva de clientes, pero su marcha deja un espacio difícil de llenar para los administradores de los centros.

Así sucede en Área Central, en Santiago, y en Dolce Vita, en A Coruña, que han conocido este verano la decisión de Inditex de abandonar las instalaciones.

Sin tiempo que perder, la dirección del centro compostelano ha anunciado la presentación de un nuevo plan estratégico en octubre para reorientar su modelo de negocio. Su principal activo son los 20.000 metros cuadrados de oficinas con los que cuenta el complejo y que pueden convertirlo “en el primer centro de negocios de la ciudad”, según indica el gerente de Área Central, Juan Carlos Losada.También han movido ficha en Dolce Vita Coruña, que ha puesto en marcha una campaña para captar comercio local e iniciativas empresariales trasladables a sus instalaciones.

En ambos casos, la salida de Inditex marca un punto de inflexión para los centros. El volumen de clientes que generan las tiendas del grupo creado por Amancio Ortega es crucial para el resto de comercios con los que comparte espacio. Y no es extraño que un traslado de Inditex, acabe en el cierre de otros establecimientos próximos.

Competencia

La apertura de la nueva área comercial As Cancelas, el próximo 15 de noviembre, puso en peligro la viabilidad del histórico centro compostelano Área Central. Los malos augurios comenzaron a cumplirse con la decisión de Inditex de cerrar sus tiendas Zara, Massimo Dutti, Pull&Bear y Bershka. Según anunciaron en la compañía, el personal será reubicado en las tiendas que mantiene abiertas en la ciudad o en los nuevos emplazamientos de As Cancelas, donde estarán presentes Zara, Massimo Dutti, Oysho, Berskha, Pull&Bear, Stradivarius y Lefties.

La noticia no cogió por sorpresa a la dirección de Área Central. “Sabíamos que esto sucedería con la crisis y la entrada de nuevos actores en el sector –explica Juan Carlos Losada–. Por eso estamos trabajando con dos consultoras en un nuevo plan estratégico. Área Central puede competir”, concluye.

Su proyecto se basará en el comercio de proximidad –está en el barrio de Fontiñas, cerca del centro histórico– y, sobre todo, en la oferta de oficinas en sus instalaciones. “A un precio que se sitúa entre los 8 y los 10 € por metros cuadrado y considerando que estos precios incluyen gastos y servicios añadidos como seguridad, internet vía wifi, limpieza de zonas comunes o consultoría fiscal y laboral, entre otros, creemos que el nivel de ocupación será aún mayor en los próximos meses”, confirma Losada.

Conectarse a la ciudad

El 31 de agosto cerraron sus puertas en Dolce Vita Coruña los locales de Zara, Bershka, Pull&Bear, Stradivarius y Oysho. Fue un duro golpe para el centro comercial, que acababa de perder otro de sus grandes pilares, Eroski, el 21 de julio.

Desde la dirección lamentaron la decisión de Inditex, pero mantuvieron su fe en el proyecto. “Seguiremos trabajando para garantizar su viabilidad, mantener la actividad comercial y, por consiguiente, los numerosos puestos de trabajo existentes”, afirmaron.

La reacción de Dolce Vita ante bajas tan notables fue poner en marcha una campaña para captar comercio local e iniciativas empresariales de emprendedores, “y así crear una alianza beneficiosa para la ciudad y sus trabajadores”, explican. Pero lo cierto es que su viabilidad está puesta en duda por los numerosos cierres de establecimientos y por la creciente competencia en el sector tras la llegada de Marineda City.

El factor Inditex

La situación no es nueva en A Coruña. En la calle comercial Torreiro, en el centro de la ciudad, se produjo una situación parecida hace un año. Inditex decidió cerrar los establecimientos de Bershka y Stradivarius, y cambiar un local de Zara por otro de la cadena Lefties.

En los siguientes meses, 7 de las 11 tiendas que había en la misma calle echaron también el cierre. Los propietarios tuvieron que bajar el precio de los alquileres y, un año después, los locales vacíos comienzan a poblarse, reavivando la actividad comercial de la zona.

En la asociación de comerciantes de Obelisco no ocultan que la salida de Inditex fue decisiva en el año de parón que experimentó el centro coruñés. “Tumbó prácticamente toda una calle”, aseguran.

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