Los pactos de Sánchez resucitan el miedo a la tasa bancaria

El Santander, Caixabank, BBVA, Banco Sabadell y el resto de bancos del Ibex 35 defienden que daña su competitividad

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La nueva legislatura podría volver a ser complicada para la banca española. Tras un tira y afloja continuado con el anterior gobierno de Pedro Sánchez, que desde su constitución mantuvo al sector presionado por la amenaza constante de un entorno impositivo más duro, el punto y final a la maratón electoral este fin de semana aviva el temor a un rebrote de aquellas tensiones y a la posibilidad de que el impuesto sobre la banca vea la luz finalmente.

Sin el apoyo de Ciudadanos, que obtuvo 57 escaños en las elecciones generales del pasado 28 de abril, el PSOE va a depender de los votos de Unidas Podemos, que logró 42, tanto para la investidura, como para dar estabilidad a su futuro gobierno. Para la formación morada, hacer pagar a la banca el coste del rescate fue uno de los puntos clave de su programa electoral de cara al 28-A. «Se puede recuperar en una década mediante la implementación de un impuesto a las transacciones financieras, una reforma del impuesto sobre sociedades respecto a la tributación de las grandes corporaciones y un impuesto específico a la banca», afirmaba en su propuesta para los comicios.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez ya encontraron un consenso sobre los dos primeros impuestos en la pasada legislatura y el PSOE los incluyó en su propio programa para las elecciones generales. Si Sánchez recupera las propuestas lanzadas a finales de 2018, su intención sería aplicar a partir de 2020 una tasa del 0,2% sobre las transacciones financieras e incrementar hasta el 18% el tipo mínimo que deben pagar los bancos en el Impuesto de Sociedades. Para el resto de grandes empresas, excepto para las petroleras que también sufrirán una sobretasa, ese nivel suelo estaría en el 15% de los beneficios.

Dado que dos de las tres promesas electorales de Podemos contra la banca ya las ha fagocitado Sánchez, no se puede descartar que Podemos busque lograr que el gobierno socialista ponga en marcha también un impuesto específico sobre el sector. Sería la manera de demostrar su influencia y anotarse un tanto político, después de que Sánchez renunciara a implementarlo el pasado agosto

La política de Sánchez, motivo de preocupación 

La expectativa de que la banca se enfrente a un entorno impositivo más complicado preocupa no solo al sector, sino al conjunto del mercado. Durante la temporada de presentación de resultados del primer trimestre de este año, los analistas se interesaron por conocer las expectativas de los banqueros sobre los tipos impositivos que tendrían abonar. En paralelo, de forma preventiva, las patronales siguen defendiendo que el sector paga muchos impuestos, como recordó el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, a finales de abril.

A la espera de saber si cuajan las negociaciones entre el PSOE y Podemos, existe inquietud porque si se acuerda crear un impuesto específico, se produciría en un mal momento. La banca española vive meses complicados, con un entorno de tipos de interés muy bajos que le impide aumentar de forma natural sus ingresos, con una rentabilidad para sus accionistas reducida (ROE), un entorno regulatorio cambiante y bajo el mantra constante de que debe reforzar su solvencia. Este discurso de reguladores y supervisores, el BCE y el Banco de España, ya está provocando que firmas como Goldman Sachs adelanten que existe el riesgo de unas mayores exigencias de capital afecten a sus resultados. Si a este contexto se suma una presión tributaria específica, los beneficios sufrirían más. 

El verano pasado, tras el desembarco de Pedro Sánchez en la Moncloa, la valoración de los principales bancos al anuncio de una tasa sobre el sector, fue claramente una llamada de atención sobre la pérdida de competitividad y los posibles efectos adversos sobre la economía de un impuesto de este tipo. Una alerta unánime entre todos los bancos del Ibex 35 -el SantanderBBVACaixabank, Banco SabadellBankia y Bankinter-, y que podríamos volver a escuchar en los próximos meses.

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