Los impositores de la CAM se preparan para dar la batalla

Los pequeños ahorradores de la entidad nacionalizada ven con consternación como su dinero queda bloqueado sin que puedan hacer nada por recuperarlo, pero no se dan por vencidos y acudirán a los tribunales

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Los impositores de la CAM que en su día adquirieron cuotas participativas y preferentes de la entidad y hoy se ven en la imposibilidad de recuperar lo invertido, están preparando su ofensiva por la vía judicial. “Intentaremos impugnarlas”, avanza el presidente de la asociación de afectados, Víctor Baeta, “ya que la forma de contratación en muchos casos no fue la correcta. La presión de los directores de oficina para captar capital era tan grande que se engañó a clientes de toda la vida”, según los afectados.

Para intentar esclarecer qué ocurrió y redactar la demanda, están haciendo circular un documento que ayude a los afectados a poner en orden a lo ocurrido y valorar si detrás de la devaluación de estas cuotas hubo alguna mano interesada. “Eran productos tan nuevos para el cliente como para el vendedor”, incide Baeta. Estos títulos fueron colocados entre los clientes de la entidad en julio de 2008, dos meses antes de que Lehman Brothers quebrara. Con una inversión mínima de 3.000 euros, fueron adquiridas principalmente por minoristas. Se calcula que unos 60.000 pequeños ahorradores

Ahorradores de toda la vida

La asociación de impositores agrupa, por el momento, a algo más de un centenar de afectados pero, como destaca su presidente, “cada día llegan nuevas altas”. Su principal problema es, indica, de comunicación, ya que la mayor parte de los que compraron estos títulos es gente mayor, “ahorradores de toda la vida de la CAM”, y resulta complicado comunicarse y coordinarse con ellos. Muchos no saben siquiera de la existencia de la asociación.

“Esa gente”, explica Baeta, “no se ha dedicado nunca a la bolsa, ni ha querido especular, sino que han sido inducidos a comprar esos productos sin saber muy bien de qué se trataba”. Él calcula que los perjudicados poseen actualmente entre 100 y 6.000 títulos. “No son cantidades para suicidarse”, continúa, “pero los afectados somos gente sencilla que buscábamos un plazo fijo, no hemos intentado especular, lo único que queremos es poder recuperar nuestro dinero cuando queramos”.

Sin soluciones por parte del Frob

Las cuotas participativas –muy superiores en número a las preferentes– se devaluaron el pasado agosto después de que los administradores provisionales nombrados por el Banco de España decidieran anular la propuesta de amortización de las cuotas participativas.

Adquiridas por los compradores a 5,8 euros el título, “el equipo saliente de la CAM intentó amortizarlas a 4,7 euros por título, valor correspondiente a la media de cotización del último trimestre”, recuerda Baeta, quien culpa al Banco de España de la “pérdida de confianza” en la CAM y, por ende, de la actual situación de los pequeños ahorradores. “Ahora mismo valen poco más de un euro”, se lamenta.

En el caso de las preferentes, sus poseedores poco pueden hacer ahora, salvo esperar que alguien quiera recomprarles sus títulos. Sin embargo, ahora mismo resulta enormemente difícil encontrar comprador, y el tiempo que puede pasar hasta que eso ocurra es una incógnita. Frente a este drama para muchos particulares que tienen sus ahorros bloqueados, la postura del Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria  (Frob) descarta cualquier tipo de ayuda e insta a esperar a que se recuperen los mercados.

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