Los grandes del Ibex exageran su saneamiento 

Solo Inditex, que en plena crisis ha logrado duplicar ingresos y triplicar beneficios, ve el futuro con optimismo. Para el resto, el reparto desigual de la riqueza y la subida de tipos que se avecina entrañan riesgos cuyo alcance queda por determinar

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Siete años después de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers –la referencia que se toma como inicio de la crisis económica global–, España va a terminar el ejercicio 2015 habiendo recuperado más de la mitad del 7,5% del PIB perdido entre 2009 y 2013, pero las incertidumbres sobre cómo se está saliendo de la crisis dejan en el aire algunas cuestiones por resolver.

Como esa que suele poner sobre la mesa el profesor Santiago Niño Becerra, relativa a que España puede volver a crecer al ritmo que lo hacía antes de la crisis, pero el problema surge de cómo se hace el reparto de dicho crecimiento. «Entonces alcanzaba a mucha gente, ahora estará cada vez más concentrado», debido a esa precariedad del mercado laboral que, a su juicio, no tiene viso alguno de mejora.

Cada vez trabaja menos gente

En este sentido, aunque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no cabía en sí de gozo el pasado jueves, cuando la mismísima canciller alemana, Angela Merkel, tiraba del españolísimo símil español de ‘coger el toro por los cuernos’ para alabar las reformas acometidas en España durante los últimos años, la EPA de ese mismo día venía a señalar que, sí, que el dato de creación de un millón de puestos de trabajo resulta irrebatible, pero también que el descenso del paro por debajo de los 5 millones se debe, en buena medida, a que cada vez hay menos trabajadores.

Hace cuatro años, cuando llegó el PP al poder, había 500.000 más y, en 2008, al inicio de la crisis casi 21 millones de ocupados, por los 18 de ahora, y solo 2,6 millones en paro por los 4,85 millones que ahora están sin trabajo.  

Ajustes hechos

En este contexto, las grandes empresas del Ibex enfilan la salida de la crisis con los ajustes más o menos realizados, especialmente en el sector financiero, tras paliar los efectos de la enorme exposición al negocio inmobiliario, y en el eléctrico, motivados por la reforma necesaria para minorar el déficit de tarifa generado por las primas a las energías renovables. Y todo parece bien encauzado, pero asentado sobre unas bases tenues, que pueden cambiar de un día para otro en el momento en que suban los tipos de interés, el precio del petróleo o el euro se reevalúe.

El análisis pormenorizado de la situación actual en la que se encuentran las principales compañías sirve para comprobar cómo Inditex, el grupo textil fundado por Amancio Ortega, ajeno directamente a estas reformas, es con diferencia el que mejor parado sale de la crisis.

Cuadro comparativo de las empresas IBEX

Inditex, a su bola

La expansión internacional de sus tiendas por medio mundo, sobre todo de la marca Zara, además de ser con diferencia la empresa con mayor capitalización bursátil, en el entorno de los 100.000 millones de euros, compensa con creces los altibajos de las ventas en España.

De esta manera, comparando el segundo trimestre de este año con el mismo de 2008, ha más que duplicado los ingresos, hasta rozar los 9.500 millones y triplicado los beneficios por encima de los 1.100 millones. Números que le ponen en una situación especialmente privilegiada si, realmente, el crecimiento, además de en los números macroeconómicos, cala de verdad en el bolsillo de los ciudadanos.

Cautela de los bancos

A partir de aquí, los bancos, como principales referentes a la hora de certificar la mejora económica por el aumento de la financiación tanto a empresas como a particulares, dan la sensación de que no las tienen todas consigo.

La mayoría ya ha ajustado la excesiva exposición problemática al sector inmobiliario, asumiendo en conjunto pérdidas en el valor de los activos por casi el 9% del PIB, con cerca de 100.000 millones de euros, más otros 53.000 millones de provisiones específicas netas que han aminorado resultados, otros 16.000 millones tomados del fondo de la provisión genérica y, por último, los 22.000 millones adicionales de provisiones específicas contra reservas para rescatar, a través del Frob, a entidades en proceso de reestructuración.

Exigencias de capital

Con todo, y además de las fuertes exigencias de capital, que doblan las que existían antes de la crisis, los grandes bancos, gracias al dinero barato procedente que captan del Banco Central Europeo (BCE), están obteniendo beneficios similares a los que registraban hace siete años.

Queda por ver si, finalmente, entidades como Popular o Ibercaja son capaces de refrendar estas exigencias de capital. Si no lo son, parten como favoritas para ser protagonistas de una nueva reordenación del sector, de cara a esa idea del Banco de España de que un sector financiero con menos de diez entidades estaría en una mejor situación de cara al futuro Mercado Único Bancario.

Telefónica y Repsol

Otras grandes del Ibex, como Telefónica, la empresa que preside César Alierta, sale de la crisis con unos beneficios, que al cierre del primer semestre de 2015, eran muy similares a los del mismo periodo de 2008, por encima de los 3.500 millones de euros, pero lo hace con 5.000 millones menos de ingresos y 7.000 millones más de deuda financiera, ahora por encima de 51.000 millones.

La deuda, además de la rebaja a la mitad del precio del petróleo, se ha convertido en toda una ‘espada de Damocles’ para Repsol. La compra de la canadiense Talisman ha disparado su apalancamiento hasta terminar 2015 con cerca de 14.000 millones de euros, casi cinco veces más que la que registraba hace siete años.

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