Los dueños de Rodman hacen caja: retiraron 5 millones del astillero antes de la venta a China Sonangol

La sociedad patrimonial familiar Abada redujo su capital de 9,38 a 4,69 millones mientras negociaba el traspaso con el grupo asiático

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La sociedad matriz del Grupo Rodman de construcción naval redujo su capital social a la mitad mientras ya había iniciado los contactos comerciales con la multinacional China Sonangol, a través de una operación que supuso la minoración de 100 a 50 euros el valor nominal de cada una de las casi 94.000 acciones de Abada SA, la sociedad patrimonial con la que la familia Rodríguez maneja el grupo constituido por Rodman Polyships, Metalships&Docks, Rodman Lusitania y Neuvisa. El capital pasó de 9,38 millones a 4,69 millones de euros con el objeto de «devolver aportaciones a los socios», según consta en la anotación realizada en el Registro Mercantil.

Esta operación societaria, con el correspondiente cambio estatutario, se realizó en paralelo a las negociaciones que el grupo de construcción naval ya mantenía con la multinacional China Sonangol. Estas conversaciones se han plasmado, primero, en relaciones comerciales cristalizadas en un multicontrato para la construcción de barcos, y segundo, con el anuncio de la venta progresiva del grupo al gigante asiático por 80 millones de euros. Entre la fecha de la reunión del consejo de administración de Abada que formalizó dicha reducción de capital a la mitad y la del anuncio público del megacontrato de compra de 50 unidades -40 patrulleras y 10 catamaranes por importe de unos 25 millones de euros- no mediaron más que unos días.

Family office

El consejo de administración de Abada SA está formado por el presidente del grupo, Manuel Rodríguez, y sus hijos, involucrados también con altas responsabilidades en la gestión de la empresa familiar que el patriarca sacó adelante desde las cenizas de la legendaria Ascón, donde se asientan, precisamente, las instalaciones de Rodman Polyships en Moaña. Esta sigue siendo la joya de la corona y el germen de la amplia reputación internacional del grupo. La reunión del órgano de dirección de la family office se produjo a finales de 2014.

Con esta operación de desembalse de capital social previo al encargo de barcos y al desembarco accionarial de China Sonangol, la patrimonial Abada dirigida por la familia Rodríguez estaría haciendo caja en aproximadamente la misma cifra que aportarán los inversores chinos, según ha trascendido del contenido de la operación de compraventa del grupo gallego por parte de los capitalistas asiáticos. La apertura de compuertas hacia el capital foráneo le permite a los propietarios gallegos darse una alegría de casi 5 millones de euros, que su presupone luego serán aportados en función de las condiciones del contrato de compraventa de Rodman y China Sonangol.

Carga tributaria

La operación, además, tiene una consideración tributaria relevante, según manifestaron a este medio fuentes del sector empresarial. La reducción de capital no se sujeta al filtro de la Agencia Tributaria; esto es, no está condicionada al pago de tributo alguno, en tanto que, por el contrario, el simple reparto de dividendos, la otra fórmula posible para que aflorasen esos beneficios de 4,6 millones de euros -y ahora repartidos por la vía de la reducción del capital social- sí tienen una ulterior carga fiscal en los respectivos IRPF de cada uno de los miembros de la familia Rodríguez. Eso sí, las modificaciones deben escriturarse, y, además de abonarse los servicios del notario y del registrador mercantil, liquidar el correspondiente Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (poco significativo), porque incluso el de Operaciones Societarias está exento.

La aventura británica

Fuentes del sector indicaron a este medio que el negocio realizado por Abada tiene un cierto paralelismo con el realizado hace unos años entre el Grupo Rodman y el fondo de inversión británico 3i. La diferencia más significativa es que en 2004, cuando los ingleses dieron el paso, el grupo no contaba aún con la filial lusa Rodman Lusitania. Manuel Rodríguez llegó a un acuerdo de venta del 25% de su empresa, que finalmente recuperó en el año 2011. Entre la llegada y la salida del grupo inversor británico, precisamente, levantó en 2009 la factoría de embarcaciones de recreo en Valença, si bien este activo industrial, diseñado para dar salida a una ingente producción que Rodman Polyships tenía en cartera, nunca llegó a dar de sí lo que estaba previsto.

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