Los Del Pino completan con Pastor su desastre en las participadas

La venta del 5% de Popular en julio es el último error de la familia Del Pino en su cartera de participadas. Se pierde la prima del 35% que hubiera reducido sensiblemente sus minusvalías latentes

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A finales de 2006 la familia Del Pino se lanzó a la compra de participaciones en empresas cotizadas. Una estrategia de diversificación patrimonial cuyo objetivo número uno era eludir la nueva fiscalidad de las plusvalías que entró en vigor en 2007. La nueva estrategia fue el paso posterior a la reorganización de la estructura patrimonial de la fortuna familiar. Casa Grande de Cartagena vendió a Portman Baela, que ya contaba con el 40,53% del capital de Ferrovial, el 17,77% que estaba en su poder.

Casa Grande recibió a cambio 1.462 millones de euros y compró el 5% del Banco Pastor por 186 millones de euros, el 5% de Acerinox por 249,8 millones y el 5% de Gamesa por 240,9 millones de euros. Ya tenía en cartera el 5% de Ebro Puleva y de Indra, comprado poco tiempo antes por algo más de 500 millones de euros. Cinco años después, lo que coindicen con el comienzo y el desarrollo de una crisis aún lejos del punto y final, el saldo para la familia Del Pino es desolador.

Una operación de 14 millones

La última operación de venta ha dejado el sabor más amargo posible. En dos tramos, Casa Grande ha vendido este verano su 5% de Banco Pastor a un grupo de inversores liderados por José Gracia. Lo hizo a un precio de 2,8 euros por acción o, lo que es lo mismo, asumiendo una pérdida de unos 150 millones de euros.

Pero no ha pasado ni un mes desde que Gracia pagó el segundo plazo y Popular ha lanzado una OPA por el 100% de Pastor con una prima del 35%. El resultado es que los Del Pino se ha perdido una apreciación de 14 millones de euros en el valor de su participación en Pastor que habría reducido en torno al 10% las minusvalías latentes en la entidad. Un error de cálculo en toda regla en una entidad que tras suspender las pruebas de estrés en junio parecía abocada a una operación corporativa que se ha saldado con una prima muy generosa para los accionistas del banco gallego.

Ya en septiembre de 2010 la familia Del Pino puso punto y final a su aventura en Gamesa. Vendió su paquete de títulos por 74 millones de euros, con unas minusvalías de otros 166 millones. Sin embargo, la historia de Gamesa no tiene nada que ver con la del Pastor. Casa Grande vendió por encima de los cinco euros una acción que sólo este año baja alrededor de un 40% hasta los 3,5 euros.

Aguanta en Acerinox, Ebro e Indra

Tras la salida de Banco Pastor, la familia del Pino mantiene una participación del 6,15% en Ebro y del 5% tanto en Acerinox como en Indra. Aunque tras la gran tormenta bursátil provocada por la crisis acumula minusvalías latentes en todas estas participaciones, estas compañías están ofreciendo otra cara en los últimos meses. En los tres últimos años, Ebro sube incluso un 40%.

En ese mismo plazo, Acerinox e Indra caen un 21% y un 28% respectivamente. En estas dos últimas compañías, las pérdidas sin materializar alcanzan un total de 175 millones. Sumados a las pérdidas definitivas en Gamesa y Pastor, los números rojos de la gran apuesta bursátil de 2006 suman 490 millones de euros.

Pero la joya de la corona bursátil de los Del Pino es, como no, Ferrovial. El grupo de su propiedad, que este lunes se disparó un 6,5% tras vender el 6% de su participada de aeropuertos BAA por 325 millones de euros, vale en bolsa 6.660 millones de euros. El 45,57% de esta cifra corresponde a la familia, que en julio elevó su participación un 1,3% después de que sus miembros invirtieran en acciones parte de su retribución. Su evolución en bolsa sí ha dado alegrías a la familia: sube este año un 22%, superado en 2011 en el Ibex sólo por Grifols y Acciona.

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