Los casinos gallegos de Comar y Egasa pierden clientes, ingresos y hasta propinas

El juego en Galicia marca retrocesos en casi todas las áreas de negocio, incluidas tragaperras y bingo

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A pesar de que en ocasiones circula la idea contraria, al negocio del juego no le favorece la crisis económica. Al menos, no la actual. La dinámica recesiva ha golpeado a todas las tradicionales áreas de actividad, desde el bingo a las máquinas tragaperras, en un momento de cambio para el sector por la irrupción de las apuestas deportivas presenciales y la extensión del juego online. Del balance de 2013 que elabora la Dirección General de Ordenación del Juego vuelven a salir especialmente malparados los dos casinos gallegos, el que gestiona Comar en A Coruña, Casino Atlántico, y el que conduce Egasa en Pontevedra, Gran Casino La Toja.

Han experimentado retrocesos en todo, desde el número de visitantes hasta las propinas que reciben crupieres o camareros. Así, entre los centros de Comar y Egasa, que están desplegando en Galicia su negocio de apuestas deportivas, han sumado 64.273 visitantes en 2013, 9.700 menos que el año anterior. Si alargamos la comparativa hasta 2011 el descenso alcanzaría los 14.000. El informe sobre el mercado del juego en España, haciendo una valoración global, explica que los clientes “gastan menos” en sus estancias en los casinos, “lo que conlleva que descienda el ingreso neto por día de actividad y las propinas medias por visitante”.

Menos ingresos

Efectivamente, también en esta área los espacios gallegos han ido hacia atrás. En 2011 se alcanzó el medio millón de euros en propinas sumando lo recolectado en Gran Casino la Toja y Casino Atlántico. En 2013 la cifra se quedó en 442.000 euros.

Evidentemente, hay una correlación directa entre el número de visitantes y los ingresos por propinas, como la hay también en el gasto en las mesas de juego y máquinas B. El primero descendió hasta los 13,3 millones de euros, 1,4 millones menos que en 2012. En el caso de las máquinas, los casinos gallegos ingresaron 7,6 millones, 3 menos que en 2011.

El margen de juego, la diferencia entre lo que ingresan las mesas y los premios que otorgan, se situó en los 2,6 millones.

El extraño caso de las tragaperras

El caso de las máquinas B, comúnmente llamadas tragaperras, tiene bastantes particularidades en Galicia. La recaudación casi se duplicó en 2012, año en el que alcanzó los 544 millones. Podría pensarse en un aumento de los dispositivos instalados, pero según recoge el informe de la Dirección General de Ordenación del Juego, el número de terminales ha descendido en los últimos tres años.

Dado el extraordinario comportamiento de 2012, el descenso del pasado ejercicio, aunque notable, no parece preocupante. Las tragaperras recaudaron en Galicia 496 millones, 48 menos que el año anterior, pero 100 más que en 2011.

¿Y el bingo?

Por último, también el bingo ha vivido un mal año, experimentando uno de los descensos más abultados en lo que a la inversión de jugadores se refiere. Entre 2011 y 2012, las cantidades jugadas se habían mantenido estables, conteniendo el golpe que encajaban todas las tradicionales áreas de negocio. En el último ejercicio, sin embargo, los jugadores echaron el freno. Se gastaron 47 millones en el bingo, 14 menos que el año anterior.

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