Los árabes coquetean con el ‘pata negra’ gallego

Los criadores de cerdo celta optan por acotar el mercado en el que trabajan, centrando la comercialización en las tiendas de delicatessen y la restauranción 

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Hace unos años que los ganaderos gallegos comenzaron a tomarse en serio lo de tener su propio ‘pata negra’. El equivalente al cerdo ibérico en la comunidad es el cerdo celta, una raza criada por algo más de 300 explotaciones ganaderas, que se encuentran aglutinadas en Asoporcel, la Asociación de Criadores de Ganado Porcino Celta. Su coordinador general, Xosé Antonio Carril, indica que el cerdo celta se está convirtiendo en una delicatessem que llama la atención. Dicen que desde la asociación que se han puesto en contacto con ellos varios países árabes.

La producción de la carne del cerdo celta es más costosa que la de un marrano normal. El cerdo celta se mata con 15 meses, no con nueve como los otros animales, por lo que su tiempo en la explotación es mayor. Por otro lado, la mayoría de las ganaderías gallegas que se dedican a la cría de este animal son de las denominadas “ecológicas”. El gorrino no está engordando en una cuadra, tiene libertad de movimientos en los prados. Eso, unido a la supuesta mayor calidad de su carne, hace que el cerdo celta tenga un precio más elevado.

Madrid, Barcelona y China

Es por ese motivo, que en Asoporcel se dieron cuenta de que a la hora de su comercialización, esta carne debía estar reservada para los paladares más refinados o los bolsillos más llenos. “Lo cierto es que, en estos tiempos de crisis, cuando hay un producto muy bueno hay que apostar por las personas que menos notan la mala situación económica”, dice Carril. El cerdo celta se comercializa sobre todo en tiendas de delicatessen, en casas rurales o en restauración.

Aunque su principal ámbito de explotación es Galicia, “hay una muy buena acogida en los restaurantes de Madrid y Barcelona”, explica el directivo de Asoporcel. Y no sólo eso, sino que el cerdo celta ya ha atravesado fronteras.

Una pieza por 170 euros

“Hace un tiempo se establecieron relaciones con China y enviábamos carne congelada allí. Ahora, hay unos coqueteos con diversos países árabes pero por el momento son negociaciones”, explica Carril.

Los productores de cerdo celta aseguran que si bien la calidad es muy buena, el precio sigue siendo inferior al de un cerdo ibérico, el principal referente en España. “Una pieza de jamón ibérico podía rondar los 400 o los 500 euros aunque con la crisis, los precios se han desregulado y se pueden encontrar por 200 o 300”, dice Carril, quien contrapone que la pieza celta ronda los 170 euros. 

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