Los acreedores piden la cabeza de Fernando Martín o la liquidación de Martinsa

Sareb y Caixabank decidirán este jueves si se rescata a la inmobiliaria con un nuevo convenio que, previsiblemente, dejará al presidente de la compañía sin participación

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Parecía casi imposible, pero todavía hay esperanza para Martinsa Fadesa, la inmobiliaria de la que tan a tiempo salió Jove y que quita el sueño a Fernando Martín. Todo apunta a que la compañía entrará en liquidación este mismo jueves tras no poder llegar a un acuerdo con los acreedores, a los que adeuda cerca de 3.500 millones. Necesita que el 75% del pasivo se adhiera a la modificación del convenio presentada en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña. El plazo vence este jueves y de no sumar el suficiente respaldo se abriría automáticamente la fase de liquidación.

La clave para la supervivencia de Martinsa está en dos reuniones. La que mantendrá Caixabank para decidir su postura. Y la que mantendrá Sareb, que negó que fuera a reunir a su consejo para abordar el asunto, pero que, de manera más o menos formal, ha organizado un encuentro para tomar posición este jueves. Son los dos principales acreedores y los que encabezaron las negociaciones del llamado G-4, que completan Popular y Abanca. La entidad catalana reclama una deuda de 890 millones y el banco malo de 1.400 millones.

Fernando Martín, contra las cuerdas

El argumento fundamental para que puedan sumarse al rescate de la compañía es, según explicaron fuentes financieras, que entre al actual convenio, que otorgaría el 70% de la compañía a los acreedores, y la liquidación, no habría una gran diferencia entre lo que podrían recuperar los inversores atrapados. En cambio, dejar caer a Martinsa se llevaría por delante empleos con el consiguiente daño a la imagen, sobre todo, en el caso de la banca.

Pero todo rescate pasa, según fuentes de los acreedores, por desalojar a Fernando Martín del capital de la inmobiliaria. Con el convenio actual, el presidente de la compañía mantendría el 30%. Pero la intención de las acreedores sería aprobar uno distinto, que les diese el 100% de la compañía y que eliminase el papel de Martín como propietario. Su vinculación con Martinsa, si acepta, quedaría reducida a la de empleado, aunque con tareas de gestión.

En todo caso, a última hora del miércoles la opción más probable era la liquidación.

Un año negociando sin frutos

Martinsa lleva algo más de un año negociando la modificación del convenio que le permitió esquivar el mayor concurso de acreedores de la historia en España. La compañía, que se erigió como símbolo de la burbuja inmobiliaria, mantiene cerca de 1.500 activos en construcción y 850 contratos con clientes.

A pesar de que sus números fueron a mejor, nunca abandonó las pérdidas. En 2013 no fue capaz de cumplir con el convenio y abonar los compromisos de deuda. El segundo incumplimiento, a cierre de 2014, precipitó la situación actual y una carrera a contrarreloj para evitar la liquidación.

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