Los 55 millones que ganó Renta Corporación en 2014 hay que cogerlos con alfileres

Aunque el negocio ordinario repuntó a final de año, esos beneficios se deben en un 90% al impacto de los acuerdos con los acreedores para salir del concurso

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Si uno coge las cuentas de la inmobiliaria Renta Corporación de 2014 y ve esos 55,4 millones de euros de beneficios obtenidos podría decirse que, después de los 13 millones perdidos un año antes, la gestión de la compañía presidida por Luis Hernández de Cabanyes ha sido todo un éxito.

Y, en parte, lo está siendo, como queda demostrado con esos casi 9 millones de euros ingresados por la actividad ordinaria entre octubre y diciembre, duplicando lo que se había facturado por esta vía en los nueve primeros meses del año. Pero solo en parte.

Beneficios reales, pero artificiales

El 90% de esos beneficios logrados son reales, pero un tanto artificiales. Se deben, única y exclusivamente, a la aplicación de los acuerdos establecidos con los acreedores tras superar el concurso en julio de 2014, y que ahora se han trasladado a las cuentas al cierre del pasado ejercicio.

Así, tras los ajustes del último trimestre, y en lo que se refiere a la adjudicación de activos, ha sido amortizada deuda financiera por casi 100 millones mediante la entrega de activos valorados en libros por 94,5 millones. Una venta que se salda con un margen negativo de 28,6 millones, al ser vendidos esos activos por casi 66 millones, que queda compensado en el resultado financiero con una quita de 33,5 millones de euros.

Además de las quitas por las daciones en pago por los activos, Renta Corporación también recibe impactos concursales de 55,1 millones por las diversas quitas a las que se acogieron los acreedores en función de optar por una de las tres alternativas recogidas en el convenio.

Menos deuda y menos existencias

Al final, después de todos impactos, el grupo inmobiliario presidido por Hernández de Cabanyes inicia 2015 con una deuda de tan solo 22,7 millones de euros –debido a esa adjudicación de activos y a la capitalización en parte de ese endeudamiento–, muy por debajo de los 160 millones de un año antes.

Es la parte positiva. La negativa, que disminuye la deuda, pero también sus existencias.  Aquellos 145 millones contabilizados al cierre de 2013 se han visto reducidos, un año después, a tan solo 43 millones.

Adaptación a la nueva etapa

A partir de aquí, la adaptación de la compañía a esta nueva etapa ha empezado a dar sus primeros frutos. Así, ya en 2014, la inversión prácticamente se cuadruplicó, hasta los casi 12 millones de euros, gracias a la adaptación a las nuevas condiciones del mercado, el incremento paulatino del tamaño de las operaciones y en dar prioridad a los activos que, tras su transformación, se pueden ofrecer más rápidamente para su venta a los clientes.

Además, ante los problemas para obtener financiación directa con la que afrontar sus costosas inversiones, Renta Corporación tiene la intención de explorar acuerdos con más fondos inmobiliarios, como ya hizo el pasado mes de diciembre con Kennedy Wilson.

En este caso, el fondo pone el capital para la compra de edificios y la inmobiliaria aporta su conocimiento del mercado y la gestión para, al final, quedarse el fondo con el 90% de los beneficios y la inmobiliaria catalana con el 10% restante.

Nueva compra

Siguiendo esta estrategia, Renta Corporación, de la mano de un inversor británico, acaba de cerrar la compra del Hotel Covadonga, en el número 596 de la avenida Diagonal de Barcelona. Una operación cerrada en los 23,5 millones de euros que ha recibido su antiguo propietario, la cadena HCC.  

Los ingresos por prestación de servicios también están experimentado un crecimiento notable. Por esta vía, la inmobiliaria catalana casi triplicó en 2014 lo facturado en 2013, duplicando el margen de ventas gracias a su intervención en operaciones cerradas por casi 240 millones de euros, como el Edificio Estel y Rambla de Cataluña 19, en Barcelona, o varias realizadas en Madrid.

De momento, los inversores parecen confiar en la inmobiliaria. Tras haber estado más de año y medio fuera de cotización por el concurso, regresó al parqué el pasado 30 de octubre de 2014. Cerró ese día a 1,45 euros por acción, para posteriormente entrar en una espiral bajista que llevó el valor a tan solo 0,83 euros. Desde principios de año, las subidas son constantes, hasta alcanzar el máximo de 1,6 euros ayer mismo, tras conocerse los resultados del pasado ejercicio.

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