Los 27 aciertos y ocho fallos de Juan Roig en su apuesta emprendedora

La tercera edición de Lanzadera supone un desembolso próximo a los 7,5 millones y dará impulso a 32 'start-ups'

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¿Falla en algo Juan Roig? ¿O convierte en oro todo lo que toca? La faceta más emprendedora del empresario valenciano y presidente de Mercadona se llama Lanzadera. Es una aceleradora de empresas que echó a andar en 2013 y que ya ha apoyado a decenas de proyectos.

Pero, ¿cuáles son los números que avalan esta iniciativa? De las 35 empresas que ha impulsado en las dos primeras ediciones, 27 han cumplido con el plan de Lanzadera y han seguido adelante con éxito, sin embargo otros ocho se han quedado a medio camino.

De las 15 empresas seleccionadas en la primera edición, una ha llegado incluso a presentar, hace apenas unos meses, concurso de acreedores, lo que ha supuesto para la aceleradora de Roig la pérdida de 200.000 euros.

Pero, según apunta el director de Lanzadera, Javier Jiménez, estos datos si se comparan con la media del sector son buenos. Y es que cuando se arriesga se puede ganar, pero también perder. «Si fuera por esfuerzo e ilusión todos tendrían éxito, pero también influyen otros factores como el mercado, el cliente o la competencia», añade Jiménez.

Un presupuesto al alza

Sin embargo, Lanzadera apuesta cada año más fuerte. Y en la tercera edición de su programa ha seleccionado a otras 32 start-ups para impulsar sus respectivos negocios. Es el mayor número hasta el momento. «Hay el mismo talento en España que hace uno o dos años, pero tenemos más experiencia, nos sentimos más fuertes y disponemos de mejores recursos», explica Jiménez. El presupuesto ha ascendido hasta los 6,4 millones, más otros gastos generales. El montante total se aproxima a los 7,5 millones.

Además, este verano el equipo de Lanzadera, compuesto por 15 personas, y las empresas que participan en el programa se trasladarán a la nueva sede en la Marina Real de Valencia que ha costado alrededor de 30 millones de euros. Se perfila no tanto como el Sillicon Valley valenciano, pero sí como un polo de emprendimiento.

La ayuda máxima por proyecto, a revisión

A Jiménez no le gusta hablar de Lanzadera como una aceleradora de empresas, sino más bien de personas y asegura que el propio Roig participa directamente en esta iniciativa. «Está presente en la selección y cada 15 o 20 días dedica una mañana o una tarde a Lanzadera de manera privada», insiste.

Además, como novedad, este año Lanzadera ha traspasado fronteras. Por primera vez se han seleccionado dos proyectos internacionales, cuyos líderes son uno holandés y otro hispano-suizo. De momento, el equipo de Lanzadera busca primero darse a conocer en España y, después, ya pasar a otros países.

De momento, la ayuda máxima por proyecto está fijada en 200.000 euros, aunque según apunta Jiménez no se descarta que aumente en alguna otra edición. La mayoría de proyectos selecionados son de Madrid, Valencia y de Barcelona. Según Jiménez, a este importe se tienen que añadir los mentores, la formación y las instalaciones lo que aumenta la ayuda hasta los 300.000 euros. «Es una financiación amiga, sin intereses ni avales y sin competencia en este sentido», remarca.

¿Burbuja emprendedora?

Sobre si las empresas obtienen o no la suficiente financiación, Jiménez asegura que sí que hay financiación, al igual que hay emprendedores, ganas y proyectos. «Es el momento de hacer cosas, no de quejarse», matiza.

Y niega, a su parecer, que exista una burbuja emprendedora. «Creo en el emprendedor vocacional, pero no militar. Prefiero al que se tira a la piscina sabiendo que no hay agua», concluye.
Por ello, Lanzadera ha nacido, en palabras de Jiménez, para quedarse. Es una iniciativa de Roig que seguirá apostando cada año por diferentes start-ups, ofreciéndoles el impulso económico y humano que necesiten en cada caso.

 

 

 

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