Las promotoras evitan al Cobrador del Frac

Tras el 'boom' del ladrillo, el moroso más buscado y escurridizo es el constructor

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España se ha convertido, desde el inicio de la crisis, en un grandioso cementerio de empresas y el sector de la construcción ha sido uno de los más afectados en este mar de quiebras. Sólo en el segundo trimestre del año se han registrado 2.408 concursos de acreedores, de los cuales el 29% corresponden a compañías ligadas al ladrillo.

Como consecuencia de este desolador panorama, el Cobrador del Frac tiene cada vez más cola de trabajo y una de sus principales víctimas es el constructor. Sin embargo, el promotor evita, normalmente, el acoso de esta figura recaudatoria.

“Como regla general, el promotor suele pagar, mientras que el constructor no liquida los servicios subcontratados, lo que ocasiona el cierre de empresas, en su mayoría familiares”, explica a Economía Digital el director jurídico del Cobrador del Frac, Manuel Merino.

Más solicitudes

Esta firma, con siete delegaciones en España, gestiona más de 8.000 solicitudes al mes. El perfil de los contratantes de estos servicios es el de las pequeñas y medianas empresa, que es el grueso del tejido empresarial español. Tras el boom inmobiliario, las deudas en el sector de la construcción van en aumento. “Pueden ser cifras elevadas que oscilan desde el millón de euros hasta los 300.000 euros”, señala Merino.

En este ámbito se han movido grandes cantidades de dinero cuando el horizonte estaba plagado de grúas. “Hay impagos donde había actividad económica. El problema principal ahora es que resulta cada vez más difícil cobrar porque no hay crédito”, añaden fuentes de la empresa.

Desde el inicio de la crisis, han aumentado de forma considerable los impagos. “Si quieres cobrar hoy en día hay que negociar a la baja. Obtener grandes cantidades es imposible. Antes se podían saldar deudas con un bien inmueble, pero ahora ya ni eso”, lamenta Merino.

Facturación anticrisis

El Cobrador del Frac ha conseguido casi lo impensable en este contexto económico. En 2012 facturó varios cientos de millones de euros, aunque fuentes de la empresa evitan decir la cantidad exacta. Reclaman una mayor fluidez del crédito para poder cerrar con éxito sus gestiones.

“Llevamos más de 20 años en este mercado y lo que se necesita es que corra el dinero. Además, la mayoría de constructores desaparecen del domicilio social y cuando el subcontratado quiere acudir a reclamar su parte no hay nadie. Se fue con el dinero que tendría que haber liquidado”.

Falta de liquidez

El Cobrador del Frac gana dinero si las operaciones sean fructíferas. “Se cobra en función del resultado. Si yo cobro, el cliente cobra. Asumimos un riesgo y realizamos todo el trabajo con el fin de obtener parte de la deuda, pero no hay que olvidar que se cobra si el deudor tiene. Por ello, intentamos averiguar la solvencia real y no la oficial que consta en los registros. A partir de estas averiguaciones buscamos llegar a un acuerdo. Es la única forma de conseguir algo”, concluye Merino.

De momento, el gran número de insolvencias dificulta el trabajador del Cobrador del Frac y la compañía duda de que la situación mejore. “Esta tendencia se mantiene y no se vislumbra un cambio en cuanto a los impagos”, asegura.

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