Las inyecciones de dinero público a la «insolvente» Alimentos Lácteos

La Xunta otorgó más de 3 millones a la empresa los años que, según el juez, debió solicitar el concurso

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El Juzgado de lo Mercantil de Lugo declaró culpable el concurso de Alimentos Lácteos, la agrupación de cooperativas llamada a consolidar un gran grupo lácteo gallego con el impulso de la Xunta. Los antiguos administradores de la sociedad, Arcadio López y Eugenio Montero, vinculados al Partido Popular en Touro y A Pastoriza, fueron condenados a pagar 2,9 millones de euros por la quiebra de la empresa. Entiende el juez que Alimentos Lácteos estaba en situación de insolvencia en 2011, cuando registraba un patrimonio neto negativo de 5,8 millones, pero solicitó el concurso, ahora declarado culpable, dos años después, en 2013.

En esos dos años, entre 2011 y 2013, el Gobierno gallego destinó a la firma inyecciones de dinero público por valor de 3,1 millones. En 2012 movilizó a través de Xesgalicia dos préstamos participativos destinado a la compañía de base cooperativa, 2,5 millones en enero y 635.000 euros en octubre, según el informe del administrador concursal. Anteriormente, en julio de 2010, la Xunta prestó a Alimentos Lácteos un millón de euros también a través de un préstamo de Xesgalicia.

La caída

Cuando la empresa entró en suspensión de pagos, el Gobierno gallego cerró la puerta a inyectar más dinero. El propio Núñez Feijóo resolvió toda duda al dictaminar que la empresa “no estaba bien gestionada” y que la Xunta no podía seguir destinando partidas a su rescate. Alimentos Lácteos, que buscaba tanto capital como un socio industrial para poner en marcha su plan de viabilidad, acabó naufragando.

La sociedad se financió durante sus escasos cuatro años de existencia a través de préstamos participativos de las cooperativas accionistas, además de los de Xesgalicia. Las cooperativas destinaron 4,7 millones en diciembre de 2011 y 1,9 millones en enero de 2012, mientras la empresa acometía sucesivas ampliaciones de capital. Con esa fórmula llegó hasta 2013, pero no pasó de allí. Los gastos de explotación eran muy elevados para la cifra de negocio y la planta que alquilaba a Leche Pascual en Outeiro de Rei estaba infrautilizada.

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