Las inmobiliarias cargan contra Xunta y Gobierno central por «inútiles» e «ineficaces»

La patronal del sector asegura que pedirá la dimisión del director del Instituto Galego de Vivenda si persiste en su "inoperancia" y califica de "lastre" el papel de las administraciones durante la crisis

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Lo peor ya ha pasado para el mercado de la vivienda en Galicia. El sector logró estabilizarse durante el año pasado tras pasar no pocas penurias. Se redujo el stock de vivienda nueva y el de vivienda usada, dejaron de caer los precios en Vigo, A Coruña, Santiago y Ourense, mostrando un buen comportamiento, en general, en las zonas urbanas y semi urbanas.
Este curso debería ser el de la consolidación, pero en el sector todavía quedan muchas dudas. «Estábamos ante un inicio de recuperación y no pasaremos de ahí hasta que haya una hoja de ruta que marque la política de vivienda», explica Benito Iglesias Padrón, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

El «lastre» de los políticos

El principal miedo es la inestabilidad política, que impide, precisamente, que el Ejecutivo central pueda dibujar las líneas maestras en materia de vivienda, tener un plan previsible al que atenerse. El otro miedo es la inoperancia política, es decir, que haya estabilidad pero no haya plan. Algo así sucedió, a juicio de la patronal, durante la crisis económica.

«Las administraciones han sido un lastre. No tenemos una ley del suelo, que sigue sin estar aprobada en la Xunta, muchos ayuntamientos siguen sin plan urbanístico, como Ourense, otros con uno deficiente, como Vigo. Es necesario pedir responsabilidades a los administradores públicos», zanja Iglesias, que recuerda que durante los últimos siete años «el 50% de las inmobiliarias gallegas cerraron». Fue, según relata, en el segundo semestre del pasado año cuando algunas volvieron a abrir sus puertas, aparecieron nuevos negocios y el sector comenzó a crear empleo.

El auge del alquiler

Porque, ciertamente, hubo una leve recuperación, aunque de carácter asimétrico. «Es en el ámbito urbano y semi urbano, los municipios pequeños siguen sufriendo», apunta. Ha sido especialmente relevante el repunte del mercado del alquiler, que se sitúa «entre el 0,2 y el 1,5 de media en las siete ciudades y las cuatro provincias». Las inmobiliarias movían entre un 12% y un 15% de vivienda en alquiler, mientras que, tras la crisis económica, este porcentaje se ha elevado a un 20% en todas las ciudades excepto Ferrol, Lugo y Santiago, donde se sitúa en el 18%.

La imposibilidad de muchos ciudadanos de acceder a una vivienda en propiedad, en parte por la restricción del crédito hipotecario, es lo que provoca, según Fegein, este repunte. Y en base a ello, reclaman acción política. «Va a ser un año muy reivindicativo del mercado gallego porque se ha regulado contra las inmobiliarias y las diferentes administraciones no nos han acompañado en los años más duros», asegura Iglesias.

Viviendas de Protección Oficial

Desde la patronal reclaman nueva vivienda de protección oficial. «La carga de trabajo debe venir por ahí. El precio de la vivienda tiene que equipararse a la realidad de la renta per capita de los gallegos. Esa misma vivienda que han dejado al pie de los caballos en la administración autonómica y estatal», dicen en Fegein.

En segundo término, la recuperación de incentivos fiscales para las rentas medias y bajas, que son las que más abundan en Galicia. «Exigimos que todas las ayudas que se han suprimido en los últimos años vuelvan a ponerse en el mercado –prosigue Iglesias– Exigimos la modificación este mismo año de la Ley Hipotecaria, contemplando la dación en pago sin carácter retroactivo, pedimos la bajada de un 3% en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales…»

Iglesias cree que el futuro del sector pasará, en buena medida, por el alquiler y la VPO – «con gestoras de cooperativas de vivienda de protección ofical que garanticen un precio asequible en regimen general, especial y concertado»–, pero considera que no puede persistir la «inoperancia» política. Considera que el Instituto Galego de Vivenda e Solo es «un claro ejemplo de ineficacia e inutilidad» y asegura que de seguir en esta línea pedirán la dimisión de su director, Heriberto García.

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