Las fórmulas de Megasa y Rosp Corunna para rebajar su factura fiscal

La generación de bases imponibles negativas en el Impuesto de Sociedades, entre los recursos usados por ambas empresas

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Rosp Corunna Participaciones Empresariales, gestionada ahora por Sandra Ortega, hija de la fallecida Rosalía Mera, logró unos beneficios antes de impuestos de 10,1 millones de euros en 2011. Sin embargo, la base imponible para tributar por el Impuesto de Sociedades tuvo un saldo negativo por importe de siete millones de euros, consecuencia de aplicar pérdidas por deterioros de diferentes activos, así como por la recuperación del valor de participaciones en sociedades filiales cuya sede radica muy lejos de España. Concretamente, en Delaware, considerado el centro off shore por excelencia de Estados Unidos. Es el caso de Nine Thirty Rosp Investments LLC, participada por el grupo en un 86%.

“El Impuesto sobre Sociedades del ejercicio se calcula en base al resultado contable, obtenido por la aplicación de principios generalmente aceptados, que no necesariamente ha de coincidir con el resultado fiscal, entendido éste como la base imponible del citado impuesto”, explicaban desde Rosp Corunna Participaciones Empresariales, una sociedad con un patrimonio declarado de 2.197 millones de euros.

Al abrigo del ‘tax lease’

Con la tax lease anterior, los incentivos fiscales en la construcción naval para las empresas ajenas al sector también se encontraban en el ámbito del Impuesto de Sociedades. Es el caso de los Freire y Megasa, la primera siderúrgica gallega con base en Narón. Esas inversiones les llevaron a tener bases imponibles negativas en Sociedades, con el consiguiente ahorro al no tener que pagarlo a pesar de declarar beneficios.

Fue así como en 2010, Megasa había logrado unos beneficios de 82,6 millones de euros, pero una base imponible negativa de 11,3 millones de euros, con lo que generó el consiguiente ahorro en el Impuesto de Sociedades. Un año después, el 2011 (último con cuentas presentadas), el beneficio fue de 79,3 millones, con una base imponible que dio la vuelta y se situó en 76,4 millones. Esto fue consecuencia de la evolución de algunas de sus participaciones en las AIE, entre ellas la Naviera Corcubión. Otros empresarios como José Manuel Cortizo, propietario de Aluminios Cortizo, o José Alberto Barreras, además de grupos como Inditex, también han recurrido a estas estructuras para rebajar su factura fiscal.

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