Las farmacias se levantan contra De Guindos

Auguran que si su anteproyecto para liberalizar el sector sigue adelante, tres de cada cuatro boticas cerrará

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Las farmacias han comenzado una guerra preventiva. La filtración –a finales del pasado diciembre– del borrador del Anteproyecto de Ley de Servicios Profesionales que estudia el Ministerio de Economía capitaneado por Luis de Guindos abre la puerta a la liberalización del sector.

Aboga por suprimir un principio, hasta ahora, indiscutible para este colectivo. Establece —aunque de forma vaga y en líneas muy generales– que el farmacéutico ya no ostentará la exclusividad de la propiedad y titularidad de las oficinas farmacéuticas y se da vía libre para la apertura de boticas aunque se mantiene “la reserva de que la dirección de la farmacia sí se quede para el farmacéutico”, según apunta el Observatorio del Medicamento

Entrada de grandes multinacionales

Ante la amenaza de la liberalización, las asociaciones y los colegios farmacéuticos han puesto el grito en el cielo. Con reservas –ya que esperan que el Ministerio de Sanidad frene las pretensiones de Economía– aseguran que la norma sólo serviría para dar entrada a grandes multinacionales, que podrían ostentar la propiedad de los establecimientos, lo que llevaría a la ruina a cientos de pequeñas farmacias.

La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (Fefe) realiza unas previsiones alarmantes. Según sus estimaciones, si la iniciativa legislativa llega a realizarse, tres de cada cuatro farmacias cerrarán y se pondrá en riesgo la continuidad de 22.000 autónomos y 60.000 puestos de trabajo directos.

Mayor abandono en entornos rurales

En general, existe un rechazo claro entre los profesionales del sector a este borrador. “No es bueno para el usuario porque los precios no van a bajar. Se va a dar entrada a grandes cadenas en zonas de mayor peso y se cerrarán otras pequeñas en áreas rurales, lo que conllevará la pérdida de empleo”, detalla el portavoz del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (Micof), Salvador Calatayud.

Del mismo modo, desde Fefe apuntan a que, en contra de lo que explica el Anteproyecto de Ley, este nuevo modelo no potenciará la competitividad.“Los grandes grupos impondrán las tarifas en muchos productos con las que no podremos competir”, declara a Economía Digital el presidente de la federación de farmacéuticos, Fernando Redondo, quien también asegura que la intención del Ministerio de Economía va en contra “de las recomendaciones del Tribunal de Luxemburgo”.

Restricciones

Los colectivos afectados abogan por una regularización como la actual, que establece unas restricciones para las nuevas aperturas a las que no hace referencia el borrador. Según la normativa vigente se establece una distancia mínima entre farmacias, así como limitaciones según el número de habitantes de cada municipio o ciudad.

Con carácter general se mantiene un mínimo de 2.800 habitantes para la apertura de una farmacia pero se admiten límites inferiores para las zonas rurales, turísticas, de montaña u otras en las que no fuese posible la atención farmacéutica. También se da la posibilidad de aumentar estos criterios con una farmacia por cada 4.000 habitantes y por cada 2.000 ciudadanos más, otra apertura. Asimismo, se establece una distancia básica de 250 metros entre farmacias aunque, según el caso, se autorizan distancias menores. 

Frente a una barra libre en la apertura de establecimientos, los farmacéuticos temen que estas limitaciones caigan en saco roto, aumente el desabastecimiento y se mermen los servicios en las localidades con reducida población. “En España ya existen ejemplos claros de lo que puede ocurrir. Mientras en la Comunitat Valenciana tan sólo hay cuatro municipios sin farmacia, en Navarra (donde la normativa es más flexible) hay cerca de un centenar que no tienen botica”, subraya Calatayud.

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