Las cajas gallegas, cooperadoras necesarias en la crisis de Pescanova

Tras la fusión, Fernández de Sousa ejerció de mediador en la desinversión de Novacaixagalicia en la pesquera, comprando y ayudando a vender paquetes de acciones

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Una relación prolongada y dos desenlaces fatales. Las antiguas cajas gallegas, Caixa Galicia y Caixanova, fueron, en conjunto, el mayor accionista de la maltrecha Pescanova y el principal apoyo financiero para las operaciones de la segunda empresa gallega. Colaboradores necesarios, para lo bueno y lo malo, su relación se mantuvo durante el proceso de desinversión acometido por las entidades tras la fusión. Novacaixagalicia pasó de poseer un 30% del capital de la pesquera a reducir su participación a cero en poco más de siete meses. En las operaciones de venta de acciones jugó un papel principal el entonces presidente de la compañía, Manuel Fernández de Sousa, no solo como comprador, sino ejerciendo de mediador para que otras empresas entrasen en el capital de Pescanova y, de paso, ayudasen a Novacaixagalicia en su proceso de capitalización.

En el estallido de la crisis en la pesquera, cuando no fue capaz de entregar sus cuentas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el 28 de febrero de 2012, muchos se acordaron de la pérdida de apoyo financiero de las cajas, sumidas, a su vez en su propia crisis post-fusión, que acabará en los próximos meses con la subasta de NCG. La estrecha relación entre entidades financieras y empresas volvió a emerger esta semana, cuando el fondo americano Cartesian, uno de los compradores de las acciones de Novacaixagalicia con la mediación de Sousa, pidió al juez que imputase a la antigua cúpula de la entidad. En su escrito al juzgado, da buena cuenta de los lazos que unen a Pescanova con las cajas gallegas.

Evitar la OPA

Se da por hecho que la mermada salud financiera de las cajas jugó su papel en la crisis de Pescanova. Tras la fusión, Novacaixagalicia controlaba el 30% del capital de la pesquera, pero entre el 3 de diciembre de 2010 y el 20 de junio de 2011 esta participación quedó reducida al 0,6%.

La primera desinversión que tuvo que acometer la entidad resultante de la fusión fue urgente. Entre el 3 y el 17 de diciembre procedió a la venta de 75.633 acciones, dejando su participación en el 29,824%. Con esta operación evitó la exigencia de lanzar una Oferta Pública de Acciones (OPA), a la que obligaba la ley en caso de superar el 30% de títulos de la compañía.

Anunció la venta José Luis Pego, que, junto a García de Paredes, permanecieron como consejeros de Pescanova en representación de la entidad financiera hasta junio de 2011, el final del proceso de desinversión.

Sousa, el mediador

Con el problema urgente resuelto, Novacaixagalicia continuó con la venta de su participación en la pesquera con el presidente de la compañía, Manuel Fernández de Sousa, viejo conocido de la cúpula de Caixanova y Caixa Galicia, como mediador.

Sousa acudió hasta en dos ocasiones a los procesos de venta que emprendió la entidad. Se hizo en junio de 2011 con el 5% de la compañía, un paquete de 992.000 acciones que vendió Novacaixagalicia, según consta en los registros de la CNMV. Un mes antes, había acudido a la venta de otro paquete de 2.917.088 acciones (el 15% del capital de Pescanova) del que se quedó otro 5%.

Curiosamente, mientras Fernández de Sousa incrementaba su participación con las compras a Novacaixagalicia, cerraba operaciones en el sentido contrario. Al mes siguiente de adquirir a la entidad financiera el 5,1% de la acciones vendió el mismo porcentaje a Luxempart (4 de julio de 2011).

Este papel de intermediario aparece clarificado en la querella presentada por Cartesian. Según el fondo estadounidense, el entonces presidente de Pescanova mantuvo hasta dos reuniones con el consejero delegado del grupo americano, Peter Yu, además de una videoconferencia, para convencerlo de que adquiriese las acciones de Novacaixagalicia. Como argumento de peso estaba la propia inversión de Fernández de Sousa para aumentar su participación. El resultado final fue que entre los meses de mayo y junio de 2011, Silicon Metal Holdings, filial de Cartesian, se hizo con 241.168 acciones por un valor de 7.234.721 euros.

Navegar sola

Con la ayuda de Sousa, y en prácticamente cuatro operaciones, Novacaixagalicia se deprendió de su 30% de Pescanova. Vendió el primer paquete para evitar la OPA, un segundo representativo del 15% de la compañía en mayo y, el tercero, el siete de junio, para colocar otro 5,1% de los títulos. El proceso se cerró el 20 de junio, con la venta de 777,886 acciones (4% del capital), con lo que su participación adelgazó hasta el 0,6%.

Desde entonces, Pescanova navegó más sola y equivocó el rumbo. De las cajas quedaron en su consejo notables herencias, como el consejero Yago Méndez Pascual, hijo del que había sido eterno director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez López, una de las piezas clave de la inversión de las cajas gallegas en la pesquera que, por el momento, se libra de la sombra de los tribunales en la crisis de Pescanova.

A diferencia de éste, ex directivos como Julio Fernández Gayoso, José Luis Pego, Francisco Javier García de Paredes, Mauro Varela, Salvador Fernández Moreda o Alfonso Paz-Andrade, están en el punto de mira del juez.

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