La Xunta prolonga la agonía de Alimentos Lácteos

Pidió garantías respecto al suministro de leche, pero sigue sin aclarar si ofrecerá financiación

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La incertidumbre sobre el futuro de Alimentos Lácteos sigue prolongándose. La empresa de base cooperativa, en preconcurso de acreedores y con la planta de Outeiro de Rei (Lugo) paralizada, espera una respuesta positiva de la Xunta para poner en marcha el plan diseñado con M.V. Asociados, consultora de confianza de Leche Pascual, para devolver la viabilidad al proyecto. El plan de negocio ha pasado por distintos despachos, de Medio Rural a Economía, esperando que el Gobierno gallego se decida a aportar financiación para llevarlo a cabo.

Alimentos Lácteos acumula una deuda que ronda los 14 millones de euros que ha estado renegociando en los últimos meses para obtener rebajas y aplazamientos. Según fuentes próximas a la negociación habría logrado reducir la cantidad en cerca de 2 millones, pero en la empresa no han confirmado nada al respecto. Esperan el movimiento de la Xunta, precisamente, uno de sus acreedores, junto a Leche Pascual, las cooperativas y entidades bancarias, entre otros.

Hasta el momento, los mensajes del Gobierno gallego son esquivos. Pidieron garantías sobre el suministro de leche por parte de las cooperativas. Alimentos Lácteos presentó acuerdos firmados con los proveedores para despejar las dudas. Para que la planta de Outeiro de Rei sea rentable es necesario envasar 12 millones de litros al mes, lo que, si el plan de negocio sigue adelante, implicará destinar una parte de la producción a marcas blancas, opción que abandonó a comienzos de 2012. La semana pasada, la Xunta volvió a pedir tiempo para estudiar el plan de negocio y mantuvo un discurso ambiguo cuando los trabajadores y la oposición pidieron explicaciones.

Enfado de los trabajadores

Precisamente, las palabras del titular de Economía, Francisco Conde, indignaron a los miembros del comité de empresa, que se habían desplazado al Parlamento para pedir explicaciones sobre el futuro de su empresa. Conde se limitó a manifestar que Alimentos Lácteos trabaja para “incorporar un socio industrial”, que necesita financiación y “garantías de suministro”, y que, para ello, será necesario “incorporar nuevas cooperativas”. El plan de negocio que entregó la empresa a los trabajadores y a la Xunta contempla cada uno de estos puntos.

En los círculos próximos a la compañía de base cooperativa se da por hecho que el socio industrial será Pascual o una de sus filiales, aunque la dirección tampoco lo ha confirmado. El grupo burgalés, propietario de la planta de Outeiro de Rei, ha prestado apoyo al proyecto durante los últimos dos meses, accediendo a flexibilizar los pagos por el alquiler de las instalaciones, que han ido incrementando la deuda de Alimentos Lácteos.

Las palabras de Conde desconcertaron a los trabajadores, volviendo a poner sobre el escenario cuestiones que parecían resueltas. Lo están, siempre y cuando la Xunta dé el visto bueno al plan de negocio y las cooperativas puedan sostener con su suministro un proyecto a largo plazo.

El precio político

Además del desembolso económico, las reservas del Gobierno gallego tienen también una lectura política. La Administración no tuvo reservas en épocas anteriores para dotar de financiación a Alimentos Lácteos, que entre préstamos y avales recibió cerca de cinco millones de euros.

La oposición no ha dudado en recordarlo y pedir responsabilidades por el dinero público invertido.

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