La Xunta ignoró sus propios informes para dar luz verde a la mina de Corcoesto

Un mes antes de la aprobación de la declaración de impacto ambiental, la Consellería de Medio Ambiente recomendó modificarla por el riesgo de contaminación de las aguas por cianuro

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El enfrentamiento judicial entre la multinacional canadiense Edgewater por la fallida mina de Corcoesto está siendo el epílogo a una relación que se retrotrae casi un lustro y que acabó en guerra tras la cancelación del desarrollo minero por la falta de solvencia financiera que, a juicio del Gobierno gallego, presentaba la compañía.

Los requisitos fijados por el Igape pusieron fin a un proyecto que hasta entonces se había tramitado de manera acelerada al tener consideración de estratégico y contar con una Declaración de Impacto Ambiental aprobada, a pesar de que informes de la propia Consellería de Medio Ambiente detectaron carencias en el plan de explotación presentado por Edgewater.

Riesgo de contaminación por cianuro

De hecho, el 24 de octubre de 2012, 40 días antes de que la Xunta validara ambientalmente la mina,  la Dirección Xeral de Conservación da Natureza remitía a Enerxía e Minas un informe en el que recomendaba modificar el estudio de impacto ambiental para incluir un «plan de emergencia» que protegiera el río Anllóns y la ría de Corme e Laxe de una posible contaminación por cianuro.

La previsión de consumo de Mineira de Corcoesto, la filial de Edgewater, ascendía a 546.000 kilos de cianuro por año de actividad, según recoge el mismo informe, que la Sociedade Galega de Historia Natural puso este martes a disposición del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, el tribunal que decidirá sobre la demanda interpuesta por Edgewater.

Plan de emergencias hasta para la ría

En su apartado de conclusiones, en el punto 3, el informe reclamaba «un plan de emergencias» que establezca los diferentes protocolos de actuación» para hacer frente a una serie de riesgos, como la «inestabilidad de los talud que forman las balsas» o las posibles «fugas y filtraciones» que contaminen las aguas freáticas.

En el punto siguiente, señalaba que «el estudio de impacto ambiental debería completarse con un análisis específico de los riesgos de contaminación ambiental, con base en las experiencias acumuladas en otras explotaciones similares en las que el medio acuático resultó gravemente contaminado por cianuro. Este análisis, de ser el caso, debería ser completado con planes de contingencia necesarios para proteger el curso principal del río Anllóns e incluso la ría de Corme e Laxe».

En este sentido, el informe recomendaba instalar medidores automáticos «de los parámetros fundamentales de calidad de las aguas».

También asumía Medio Ambiente que la mina «afectará a hábitats de interés comunitario», proponiendo como solución un plan de restauración de dichos hábitats «que serán eliminados durante la fase de explotación».

Un mes después, se aprueba la DIA

Este informe fue remitido 40 días antes de la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto minero de Corcoesto sin que constaran en ella la aplicación de las recomendaciones de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza.

Pese a todo, en la Sociedade Galega de Historia Natural, contraria a la mina, advierten que se trata de un documento «suavizado» con respecto a los anteriores emitidos por el mismo organismo.  

[Puede descargar aquí el informe completo]

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