La Xunta ‘avala’ a la industria láctea para detener la huelga de entregas de leche

Los sindicatos agrarios plantean cancelar el paro durante diez días para que se formalice el acuerdo

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La industria láctea y los sindicatos agrarios han firmado una tregua. Tras una reunión de casi tres horas, las empresas han expresado su compromiso de aumentar el precio al que pagan la leche en origen, de manera que los ganaderos ingresen más dinero del que invierten para producir. El pacto es darle la vuelta a una situación que llevaba a las explotaciones a la ruina. Del mismo modo que la huelga, que costaba a cada granja 250 euros diarios.

El acuerdo no es todavía firme. Los representantes sindicales esperan que la Xunta elabore un documento para que la industria se comprometa por escrito. Hasta entonces, un periodo entre 10 y 12 días, propondrán a los productores suspender la huelga de entregas de leche, confiando en que la consellería de Medio Rural ejercerá como garantía para que las empresas cumplan la hoja de ruta elaborada en la reunión.

La principal propuesta es que la industria pagará por encima de los costes de producción a las granjas. Regularán el precio que pagan por la leche en origen en diciembre, con una pequeña subida, y en enero se establecerá un precio mínimo para que las explotaciones no acumulen perdidas. Esa es la teoría, pero en las agrupaciones agrarias no confían demasiado en la palabra de la industria. Por ello, han emplazado a la Xunta como garantía política y han advertido que “la huelga se puede parar y posteriormente retomar las movilizaciones si se incumple lo pactado”, según explicó el Sindicato Labrego Galego.

La propuesta de Medio Rural

La consellería de Medio Rural ha ejercido de mediadora, reuniéndose primero con representantes de la industria láctea y después con los sindicatos agrarios, las dos partes enfrentadas. El plan de la consellería es que los ganaderos puedan vender por encima de los costes de producción en enero y que, a partir del próximo año –la campaña comienza el 1 de abril– poner en marcha contratos anuales con pagos que estarán siempre por encima de los gastos de las granjas.

“La idea es que una empresa externa evalúe los costes de producción de las explotaciones y, a partir de este análisis, se marque una línea roja para que la industria pague siempre por encima del precio mínimo, es decir, por encima de lo que cuesta producir la leche”, explica Xabier Gómez, responsable del sector lácteo en el SLG.

Para ello, la Xunta se comprometerá también a reunirse con el ministerio de Agricultura con el objetivo de garantizar la estabilidad del sector. El papel de la consellería ha sido clave para que los sindicatos se plantean desconvocar la huelga, ya que «asume convertirse en garantía de parte de la industria», asevera Roberto García, de Unións Agrarias.

Compromiso de la distribución

A partir de ahora, los pasos a seguir pasan por la redacción del documento, que será remitido a los sindicatos en los próximos días. Las centrales propondrán, a petición de la Xunta, una suspensión de la huelga mientras dure el periodo de negociaciones y advirtiendo que las medidas de protesta se pueden retomar si no se cumplen los acuerdos. La otra parte en conflicto, la distribución, ya garantizó a los representantes sindicales que no sería un obstáculo en el proceso y que sus movimientos no supondrían un perjuicio para que las granjas reciban un precio justo por la leche.

Queda por saber la reacción de los productores, que este jueves evaluarán si continúan con el paro. Xabier Gómez ha pedido que no se produzca una «división» entre los ganaderos «más radicalizados», que quieran continuar con la huelga, y aquellos «más necesitados», que prefieran abandonarla. Situación que considera poco probable, ya que el paro perjudica a todas las partes y acentúa las pérdidas de explotaciones ahogadas por las deudas.

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