La venta a la SEPI vuelve a estar sobre la mesa en la crisis de Alcoa

El auto del TSXG que impide parar las cubas a Alcoa permite reabrir la puerta a unas negociaciones en cuyo tramo final participó Roy Harvey, su presidente

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La crisis de Alcoa podría dar un vuelco tras la decisión de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), al aceptar parte de las medidas cautelares solicitadas por el comité de empresa y ordenar, explícitamente, que la compañía norteamericana se “abstenga de llevar a cabo cualquier actuación dirigida a hacer efectiva la parada de las cubas” en la fábrica de San Cibrao. Tal es el calado de lo expuesto en el auto que podría hacer variar las posiciones y propiciar un acercamiento entre las partes.

Así lo entienden fuentes de las negociaciones, rotas el pasado 27 de septiembre, un domingo frenético de videoconferencias a varias bandas, incluidos los ejecutivos de Pittsburgh, sede de la multinacional norteamericana. Las mismas fuentes indican que el tribunal, con su auto, sin ser concluyente, anticipa su posición con respecto al fondo del asunto, que será la nulidad o no del ERE que Alcoa plantea para más de quinientos trabajadores de Cervo.

Replanteamiento de posiciones

La sala de lo Social adelanta, mantienen esas fuentes, una eventual nulidad del ERE; “de lo contrario, no hubiera aceptado las medidas cautelares”. Y esta decisión se puede traducir en un replanteamiento de posiciones, más allá del coste de un millón de euros a la semana que supone, según la propia Alcoa, mantener encendidas las cubas de electrolisis.

Y es que, al margen de ese coste, solo la posibilidad de que el ERE se declare finalmente nulo en los tribunales abre la puerta para retomar las conversaciones, algo que hasta la fecha no se ha producido, explican las fuentes. Desde las partes negociadoras, tanto la Xunta como el Gobierno, se ve con cierto optimismo el nuevo escenario. “Se trata ahora”, aseguran, “de tender puentes para que se genere el contexto necesario”.

Mejor un mal acuerdo

Un mal acuerdo resulta mejor que un buen pleito, incluso para Alcoa, cerrada en banda desde que se rompieron las negociaciones. El escenario ahora, con la decisión de la Sala de lo Social del TSXG, cambia sustancialmente. Al menos, a ojos de las administraciones implicadas, dispuestas, según las mismas fuentes, a buscar una salida pactada a la crisis antes que buscar otras vías, como la intervención.

En ese escenario también entraría la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), “una opción que sigue abierta”, señalan las mismas fuentes. El interés de las partes, lógicamente excepto Alcoa, pasa porque la multinacional recapacite tras el varapalo judicial y volver de alguna manera a aquel 27 de septiembre, la fecha en la que expiraron las negociaciones de venta.

La participación de Roy Harvey

Desde que comenzó la crisis, con el anuncio del despido colectivo, han sido varias las secuencias en las posiciones mantenidas por Alcoa, que en todo momento tuvo especial interés en dejar clara su supuesta buena fe en el proceso. Primero lo hizo Álvaro Dorado, presidente de Alcoa España, y luego el propio Roy Harvey, primer ejecutivo de la multinacional de Pensilvania. Fuentes de las negociaciones así lo indican.

En este tiempo, Harvey ha mantenido varios encuentros por videoconferencia tanto los negociadores del Gobierno como de la Xunta, las ministras de Industria y Transición Ecológica, Reyes Maroto y Teresa Ribera, así como con el conselleiro de Economía y ahora vicepresidente Francisco Conde. Fue en el momento en que se abrió la posibilidad de la venta de la planta de aluminio, explican dichas fuentes, cuando Harvey se incorporó directamente a las negociaciones. Ahora, tras el palo judicial de esta semana a Alcoa, solo queda retomarlas.

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