La reforma de la patronal sigue en el aire tres meses después de la llegada de Alvariño

El presidente intenta equilibrar el reparto de poder en la nueva estructura, que las federaciones provinciales quieren operativa antes de que finalice el año

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A su llegada a la presidencia de la patronal, José Manuel Fernández Alvariño trajo bajo el brazo una reforma de entidad para la Confederación de Empresarios de Galicia, que tiene entre sus líneas maestras la modificación de los estatutos y el reparto de competencias entre las federaciones provinciales, llamadas a ganar mayor peso en la nueva etapa.

Para el empresario vigués, estas medidas equivalen a “adaptar la CEG a los tiempos actuales”, y pasan por limitar el número de mandatos a dos, impedir que el presidente de la patronal ocupe el mismo cargo en una confederación provincial y ganar una mayor equidad en la distribución territorial, es decir, que las provincias de A Coruña y Pontevedra pierdan peso en la Asamblea General, el máximo órgano de decisión de la CEG, en favor de Lugo y Ourense. Este es un cambio clave, ya que afectaría también a la Junta Directiva, donde las vocalías dependen del número de representantes en la asamblea, más numerosos en las provincias de Pontevedra y A Coruña debido a la elevada cifra de empresas.

Son cambios complejos, que Alvariño negocia mientras evalúa con lupa las cuentas y gestión de la anterior directiva para saber sobre qué terreno pisa. Por el momento, la nueva etapa de la CEG se mide por la constitución del Comité Ejecutivo, en gran parte determinado por los estatutos, y la puesta en marcha de tres mesas de trabajo. El resto de reformas espera y, aunque en la patronal consideran que han hecho bastante para dos meses de trabajo –restan agosto del cómputo–, en algunas confederaciones provinciales están inquietos.

Prisas en las provinciales

Alvariño avanza en la tarea, pero lentamente. Tres meses después de su llegada al cargo, a finales de julio, la reforma estatutaria continúa en la lista de tareas pendientes. Tampoco se conocen los nuevos nombres que llevarán el día a día de la patronal, los directores de departamento y resto de representantes dependientes de la Secretaría General que constituyen el brazo operativo de la CEG y que continúan tal y como los dejó Antonio Fontenla tras sus doce años de mandato. Alvariño negocia con cuidado, sabiendo que contará con la oposición de buena parte de los empresarios de A Coruña en su reforma.

Mientras, en las confederaciones provinciales que lo apoyaron en su carrera a la presidencia, sobre todo en Lugo y Ourense, esperan que se acelere el proceso. “Si no estamos en marcha antes de que finalice el año, no habremos sido eficientes”, razonan en una de las organizaciones, donde definen la situación actual como un “juego de presiones”. ¿Qué significa estar en marcha? Básicamente, culminar la reforma de los estatutos, que afectará a los órganos de decisión de la patronal gallega, y avanzar en la composición de los departamentos ligados a la Secretaría Xeral, los encargados de ejecutar esas decisiones.

Reunión del comité ejecutivo, sin Fontenla

Pero esto no significa que la patronal gallega haya estado parada. A finales de agosto, se reunió en Ourense el nuevo Comité Ejecutivo, el órgano de gobierno encargado de marcar el rumbo de la nueva etapa. Alvariño designó a un empresario coruñés, Héctor Cañete –presidente de Cehosga– y a otro vigués, Juan Manuel Vieites –secretario general de Anfaco– para acompañarle en la travesía. Completan el comité los presidentes y secretarios generales de las confederaciones provinciales, junto a dos vocales designados por ellos. En la puesta de largo del nuevo órgano en la cidade de As Burgas no estuvo Fontenla, lo que no sentó bien en la patronal ourensana.

También están definidas tres mesas de trabajo, dedicadas a la energía –liderada precisamente por Cañete–, el emprendimiento –liderada por José Manuel Valenzuela, el presidente de la Federación Galega de Xoves Empresarios– y a las infraestructuras.

La sombra del ‘caso Campeón’

En los primeros bocetos de la nueva estructura, Alvariño ha reservado un papel importante para la Confederación de Empresarios de Lugo, regida por un consejo de administración, que le dio su apoyo para hacerse con la presidencia de la CEG. Su secretario general, Jaime Luis López Vázquez, además de formar parte del Comité Ejecutivo como mandan los estatutos, será el encargado de coordinar a los secretarios generales de las cuatro organizaciones provinciales.

López Vázquez, como informó Economía Digital, fue socio de Jorge Dorribo e inhabilitado por dos años en el marco del caso Campeón. Alvariño señaló al respecto que contará con el secretario xeral de la CEL del mismo modo que con el resto de responsables de las organizaciones provinciales.”No me corresponde a mí juzgarlo. Sigue siendo secretario general de la Confederación de Empresarios de Lugo y hacemos un esfuerzo por estar coordinados”, dijo el presidente de la patronal.

Avanza, a pesar de todo

Pero estos son solamente los apuntes de lo que se presume como una reforma de calado. Lo más problemático parece la modificación de los estatutos a la que, según informan fuentes próximas a la patronal, se opone la confederación provincial de A Coruña, y cuadrar la representación igualitaria en órganos de gobierno y organizaciones provinciales sin herir demasiadas sensibilidades.

Después vendrían el resto de objetivos que se ha fijado Alvariño, como la revisión de los servicios ofrecidos por la CEG, el sistema de cuotas o la financiación de la patronal, de cara a iniciar un camino de mayor independencia económica. Los cambios están en marcha, pero “van más despacio de lo que esperábamos”, sentencian fuentes próximas al proceso.

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