La quiebra de Martinsa hizo un roto de 158 millones a Rodríguez Cebrián

El ex director general de Inditex liquida la sociedad que controlaba sus acciones en Martinsa tras dar por perdida una inversión de 158,6 millones

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La fortuna no ha sonreído a Juan Carlos Rodríguez Cebrián en sus grandes inversiones en el ladrillo. El ex director general de Inditex, casado con la sobrina del fundador de la multinacional, Dolores Ortega, era uno de los accionistas de referencia de Martinsa Fadesa cuando la negociación entre Fernando Martín y la banca naufragó y abocó a la promotora a la liquidación tras incumplir el convenio de acreedores con el que salió del concurso en 2011.

El empresario, socio de la popular Sala Pelícano de A Coruña, ya había pasado un mal trago cuando dos años después de entrar en Hábitat con un 9% del capital la inmobiliaria suspendió pagos, pero el batacazo de Martinsa fue bastante más doloroso. Si en Hábitat había invertido 54 millones, en la liquidación de la promotora que Manuel Jove vendió a Fernando Martín, Rodríguez Cebrián se dejó 158,6 millones.

Agujero patrimonial de 80 millones

Esa es la inversión que deterioró totalmente el sobrino político de Amancio Ortega antes de proceder a liquidar la sociedad con la que controlaba su capital en Martinsa, Aguieira Inversiones. Este es el último movimiento realizado por Rodríguez Cebrián, con el nombramiento de Inversiones Saona y Marlolan, dos brazos inversores del núcleo familiar, como liquidadores solidarios y procediendo a la disolución voluntaria y extinción de la empresa.

Aguieira Inversiones, cuya única actividad era prácticamente ostentar la participación en Martinsa, desaparece con un agujero patrimonial que a cierre de 2016 se situaba en 79,4 millones. Las deudas con entidades de crédito sumaban casi 30 millones, de los que había que pagar más de 10 durante el ejercicio 2017, cuando se produjo la extinción de la entidad.

Un préstamo semanas antes de la suspensión de pagos

El grueso del pasivo de Aguieira, en todo caso, lo mantenía con las otras empresas de Rodríguez Cebrián y Dolores Ortega, Marlolán y Saona, que tuvieron que solicitar conjuntamente un préstamo de 55 millones al no querer el banco otorgárselo en exclusiva a Aguieira.

Rodríguez Cebrián mantuvo la fe en la inmobiliaria de la que fue consejero cuando la burbuja comenzaba a hacer destrozos en el sector. El préstamo de 55 millones lo solicitó en 2008, el mismo año en el que Aguieira concedió otro préstamo a Martinsa de 4,4 millones, que resultó irrecuperable. El crédito se concedió en mayo de 2008 y, un mes después, la promotora suspendía pagos. 

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