La plantilla de Alstom recrudece el pulso con la dirección

Los empleados de la factoría catalana inician de forma indefinida una huelga de celo e impugnan el último acuerdo laboral ante el TSJC

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El conflicto laboral en la filial española de Alstom se recrudece. Los trabajadores han convocado una huelga de celo indefinida en la planta de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), la única que no pasará a manos de General Electric en el país, para denunciar lo que consideran una estrategia de desgaste con el fin de eliminar la representación sindical y desregularizar las condiciones laborales en el centro.

Los empleados acuden con máxima puntualidad a la factoría para empezar su turno, pero se han opuesto a facilitar las medidas de flexibilidad que requiere la empresa. Este jueves llevarán su protesta ante el Parlament de Cataluña, donde el comité de empresa tiene pendiente un encuentro con políticos de todos los partidos con presencia en el hemiciclo para transmitirles sus inquietudes. Se trasladan hasta la capital catalana aprovechando que la planta está cerrada por el expediente temporal que está vigente.

Denuncia ante el TSJC

La plantilla de Alstom no quiere ofrecer nuevos argumentos a la dirección para justificar más despidos. Mantiene las espadas en alto, pero con protestas siempre fuera de su horario laboral.

La huelga de celo no es la única medida de presión que ha acordado el comité de empresa. Los trabajadores han impugnado el laudo que aprobó la Generalitat como mediador del conflicto a finales de 2014. El comité ya ha presentado la demanda ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC).

Despido de 10 sindicalistas

La plantilla recuerda que el Gobierno de Artur Mas decidió ejercer de árbitro entre dirección y trabajadores por petición únicamente de la cúpula española de Alstom, encabezada por Antonio Moreno a nivel estatal y por Joan Forcada en Cataluña. Su laudo llegó cuando no habían pasado ni cinco meses desde que las partes pactaron otro expediente, esta vez de extinción, que afectaba a 130 empleados.

La regulación se empezaba a aplicar cuando la dirección llamó a la puerta de la consejería de Ocupació para recrudecer sus condiciones. Aún estaba pendiente la salida de 12 de los afectados cuando la dirección decidió despedir a otros 10 trabajadores, denuncia el comité de empresa. Todos ellos sindicalistas (nueve de CCOO y uno de UGT), por lo que se ha abierto una segunda causa judicial contra la cúpula por esta decisión.

El comité de empresa amenaza con seguir litigando si la dirección no cambia su estrategia y da por bueno el ERE pactado en julio.

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