La patronal de la madera celebra la continuidad de Ence, uno de sus socios

5.000 empleos indirectos, 122 millones en compras de madera en Galicia y el 28,7% del PIB forestal. Eran algunos de los datos que exhibió el informe de KPMG, encargado por la propia Ence, sobre el impacto de la fábrica de Pontevedra en la economía gallega vinculada al monte.

A ese impacto alude la patronal de la madera para justificar su alegría ante la prórroga en la concesión de los terrenos de Lourizán, que prácticamente asegura la permanencia de la pastera en su actual emplazamiento de la ría hasta 2073.

Tranquilidad para muchas familias

«Evidentemente, estamos contentos. Es una demanda que habíamos reclamado hace tiempo por su impacto en el sector forestal. La presencia de Ence da tranquilidad a miles de familias, cientos de remantentes ven asegurados sus puestos de trabajo», valora Elier Ojea, presidente de Confemadera.

Para la patronal de la madera «tenemos que felicitarnos y felicitar a la empresa» por recibir la noticia con un plan de inversiones ya bajo el brazo, en el que se incluyen 61 millones en mejoras medioambientales para las instalaciones.

El actor principal del mercado

«La no permanencia de Ence sería una pequeña catástrofe», dice Ojea, pensando en su peso en el sector forestal. Una espantada de la pastera, estima, podría contraer un 40% o más el mercado, la actividad económica vinculada a la madera.

«Se ha juzgado más a la empresa por el pasado que por el futuro. Va cumplir sobradamente con las exigencias ambientales y vamos a tener una empresa puntera a nivel europeo» en Galicia, concluye el presidente de Confemadera.

Es el contrapunto a las voces críticas que desde el ámbito político y ecologista han cargado este lunes contra la prórroga de 60 años concedida a la fábrica de Pontevedra.