La liquidación de Alimentos Lácteos deja sin dinero a Xunta y cooperativas

La venta del casi único activo de la firma, sus marcas, se cerró en 670.000 euros, que apenas alcanza para las deudas con los trabajadores; el Gobierno gallego inyectó más de 6 millones

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Mientras las marcas de Alimentos Lácteos cobrarán nueva vida de mano de la firma gallega Leite Noso, el desguace del proyecto de base cooperativa impulsado por la Xunta de Núñez Feijóo va clarificando su lista de damnificados. El Gobierno gallego es uno de los más graves, pues todo apunta a que los créditos participativos que año a año fue inyectando en la languidecente compañía no volverán a las arcas de San Caetano, ni siquiera en parte.

Xesgalicia movilizó en 2010 y 2012 tres préstamos que alcanzaban un valor conjunto superior a los 4 millones y que quedaron anotados en la deuda escrutada por el administrador concursal en 4,2 millones. El Igape tenía atrapados otros 2 millones y la Xunta, que tambén ejerció como avalista ante entidades financieras para la firma, reclamaba la escueta cuantía de 7.400 euros.

670.000 euros por lo que valía 6,2 millones

Tras la quiebra de Alimentos Lácteos, incapaz de reflotar una situación de inviabilidad que arrastraba desde casi su constitución, quedaron las marcas Deleite –que llegó a ser la segunda más vendida en Galicia– y Muuu como único activo valioso, pues la empresa producía en la antigua planta de Leche Pascual en régimen de alquiler.

La venta de estas en una subastilla para la que sólo había dos candidatos, Lácteos Macán y Leite Noso, se cerró en 670.000 euros, un precio muy por debajo de la primera tasación que hizo la administración concursal, que atribuía a las enseñas un valor de 6,2 millones. La devaluación se produce por acumular años fuera del mercado e incluso hay empresarios del sector que apuntan que el dinero ofrecido por Leite Noso es considerable. En todo caso, lo recaudado apenas cubre las deudas con trabajadores y los anticipos del Fogasa, explica la CIG, que tienen derecho a cobrar primero. A estos habría que sumar los créditos concedidos por Banco Pastor, Novagalicia, Banesto y BBVA, que en total, suponen una deuda que roza los 3 millones, mientras que el que fuera propietario de la planta, Leche Pascual, estaba a la espera de otros 3,1 millones.

Un juicio más

Con este escenario, es difícil que al Gobierno gallego le quede algo que llevarse a la boca. El único ingreso importante que queda en la liquidación de Alimentos Lácteos depende del juicio que tendrá lugar en noviembre contra la aseguradora con la que los propietarios suscribieron una póliza con una cobertura de hasta 3 millones de euros.

Aún con un fallo favorable, el panorama es poco halagueño para todos. También para las cooperativas que fundaron la compañía y que figuraban entre los acreedores, con un total atrapada que rondaba los 2,5 millones. Serían las últimas en cobrar.

Politización del proyecto

Entre ellas estaba Gancobre, a la que se debía 800.000 euros, y que acabó en concurso de acreedores; y la Arzuana, también actualmente en suspensión de pagos, a la que se adeudaba 1,2 millones. Los directivos que lideraron Alimentos Lácteos coinciden con el de estas cooperativas, Eugenio Elisardo Montero (Arzuana) y Arcadio López (Gancobre), ambos cargos del PP en A Pastoriza y Touro.

Esta militancia, sumada a las constantes inyecciones de dinero púbico, provocaron que la imagen del batacazo de la compañía quedase totalmente politizada. El Juzgado de lo Mercantil de Lugo hechó más leña a la hoguera, al condenar a ambos directivos a un pago de 2,9 millones por el retraso en solicitar el concurso de acreedores para Alimentos Lácteos.

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