La importación de leche portuguesa frena la recuperación de los precios en Galicia

El veto ruso y la caída del consumo en China, sumados al aumento de la producción en Europa, hacen que la comunidad exporte un 12% menos de lácteos entre enero y julio

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El sector lácteo gallego está viviendo en 2015 una de sus mayores crisis motivada por diversos factores. El principal es el bajo precio que cobran los ganaderos por la leche, en el que también influyen las prácticas de la industria y la distribución. Está por ver si con el acuerdo firmado entre los distintos eslabones de la cadena, del que se descolgaron algunas asociaciones de productores, la situación se revierte.

Lo que sí sabemos por los datos de Comercio Exterior es que la importación de lácteos apenas se ha resentido en Galicia en los siete primeros meses del año. Entre enero y julio entraron en la comunidad 125.000 toneladas frente a las 128.000 del mismo período del año anterior (-2,3%). De esta cantidad, más de 100.000 toneladas llegaron desde Portugal, en su mayor parte para abastecer las instalaciones que la empresa Lactogal tiene en Pontedeume.

Influencia en los precios

En un territorio excedentario como Galicia, donde se asienta el 5% de la población pero se produce el 40% de la leche, meter más producto solo contribuye a reducir su precio, ya que el objetivo es darle salida. Y el problema fue que las exportaciones cayeron. Durante los siete primeros meses del año se exportaron 55.000 toneladas de lácteos, frente a las 63.000 de 2014, lo que representa una bajada del 12%.

En este sentido, Roberto García, secretario xeral de Unións Agrarias, explica que la caída de las exportaciones se debe a que, con el veto ruso y la caída del consumo en China, el mercado europeo tuvo que ingeniárselas para colocar su producción aprovechando todos los recursos y nichos existentes, tirando en muchas ocasiones los precios.

Margen de maniobra

Según García, Galicia juega en el mercado con la desventaja de que la leche líquida es su principal valor, lo que le otorga muy poco margen de maniobra, sobre todo ante la distribución. En este sentido, cree que la solución pasa por acabar con la «desorganización interna» y buscar otras vías para dar salida al producto. No obstante, es consciente de que la capacidad económica para llevarlo a cabo «no va a venir del sector que está más endeudado y empobrecido, como es el productor», que todavía arrastra las inversiones en compra de derechos y modernización de las explotaciones.

El consumidor también tiene mucho que decir a este respecto. El queso es un producto ideal para dar salida al exceso de producción, ya que para elaborar una barra se pueden precisar hasta 10 litros de leche. En el resto del país, los quesos que vienen de Alemania o Polonia y que antes viajaban a China o a Rusia están distorsionando el mercado. Afortunadamente, las distintas denominaciones de origen tienen en Galicia un fuerte arraigo, por lo que el producto foráneo no es apreciado. Con la leche, como recuerdan asociaciones de consumidores como Ucgal, existe la posibilidad de hacer algo similar apostando por aquella certificada con el sello ‘Galega 100’, que garantiza su producción en la comunidad.

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