La guerra interna pone en peligro la tesorería de la patronal

Alvariño convocará en un mes la Asamblea Xeral sin garantía de aprobar las cuentas, paso imprescendible para mantener el crédito y la actividad de la CEG

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La Confederación de Empresarios de Galicia llegará con la lengua fuera a su asamblea general, prevista para dentro de un mes. Será la cita clave para conocer el futuro de su presidente, José Manuel Fernández Alvariño, que este jueves propuso a los líderes de las confederaciones provinciales redactar un plan de viabilidad y armar un gobierno colegiado, con la participación del propio presidente y de las cuatro provincias. Es el último cartucho de Alvariño para mantenerse al frente de la patronal y cumplir su mandato.

Pero en la Asamblea Xeral también está en juego la aprobación de las cuentas de la CEG, reiteradamente bloqueadas por los enfrentamientos internos. Es un paso fundamental para mantener la salud financiera de la patronal, que llega muy justa a final de año. Sin luz verde en el balance anual, la institución se enfrenta a un bloqueo del crédito que le impediría mantener su actividad y afrontar las nóminas. La nueva propuesta de Alvariño carece, por el momento, de consenso. Si finalmente convoca en noviembre la asamblea, dispondrá de un mes para convencer al empresariado, acordar las cuentas y sacar adelante la situación. Al menos A Coruña, Lugo y Ourense, han instado al presidente a convocar lo antes posible.

Se enquistan las posiciones

Sin embargo, la situación es compleja. La reunión de este jueves no cambió demasiado el escenario. En el sector crítico y en una parte de las provinciales se esperaba que Alvariño diese un paso atrás y, en cambio, subió la apuesta. Antonio Fontenla, presidente de los empresarios coruñeses, y Jaime Luis López Vázquez, secretario de la patronal de Lugo, no acudieron al encuentro excusándose en otros compromisos de sus instituciones, pero todo hace pensar que mantendrán su postura contraria a la actual gestión de la CEG.

En la patronal suman a sus apoyos a los empresarios de Ourense, pero la propia dirección de la CEO pidió a Alvariño en verano que convocase la asamblea, pues entienden que la situación actual está totalmente atascada y deteriora la imagen de la institución. Y en Pontevedra, Jorge Cebreiros –que también apoyó al empresario vigués– sigue pendiente del fallo judicial que confirme, o no, la limpieza de las elecciones que lo auparon a la presidencia.

Las dos hojas de ruta

Contra todo eso tendrá que luchar Alvariño para sacar adelante su propuesta y gobernar de manera compartida la patronal. Los hombres fuertes de las provinciales, como informó este medio, mantienen por el momento el plan de conducir la CEG con una gestora tras la salida del presidente y convocar elecciones en el primer trimestre del año próximo. En un mes, se sabrá cuál de las dos hojas de ruta sale adelante.

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