La guerra interna paraliza el presupuesto anual de la patronal gallega

Los votos en contra de A Coruña y Lugo impiden la aprobación en asamblea de las cuentas previstas para este ejercicio

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José Manuel Fernández Alvariño lleva un año al frente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) y, a pesar del transcurso de los meses, las aguas siguen sin bajar calmas en la patronal. Este lunes se celebró la asamblea general de la organización. Los votos en contra de A Coruña y Lugo, ayudadas por varias asociaciones sectoriales, impidieron la aprobación de los presupuestos del organismo para este año.

Según ha podido saber Economía Digital, el proyecto de presupuestos elaborado por el equipo de Alvariño sumó 80 votos a favor y 91 en contra. La oposición del sector coruñés es una sorpresa a medidas. Liderado por el empresario Antonio Fontenla, presidente de la CEG hasta el año pasado cuando el empresario vigués le disputó por segunda vez el puesto, las diferencias de criterio entre ambos dirigentes no son un secreto.

La rebelión lucense

Sin embargo, lo que sí ha causado revuelo en el seno de la patronal gallega ha sido el voto en contra de los empresarios lucenses. Sobre todo, porque hace un año apoyaron públicamente a Alvariño en la carrera por la presidencia de la patronal. Su respaldo, junto con el de la confederación de Ourense, fue fundamental para decantar la balanza del lado del candidato vigués. No obstante, un año después, no semejan convencidos con los presupuestos formulados por el presidente que apoyaron.

Alvariño llegó a la presidencia de la patronal gallega tras doce años de mandato del coruñés Antonio Fontenla. Sus promesas se basaron en el ajuste del gasto en la patronal, un reparto más equitativo de poder entre las confederaciones provinciales y una modernización de la institución. Sin embargo, la realización de nuevos proyectos, de momento, y hasta que no se dé una salida al tema de los presupuestos se queda paralizada.

De momento, con los presupuestos paralizados, la patronal tan sólo podrá hacer frente de forma legal a los gastos corrientes que genere la organización (como es el caso de los salarios de los trabajadores, que están garantizados).

Una partida de 3,5 millones

El presupuesto que Alvariño presentó ante la asamblea general de la CEG es de 3,5 millones de euros. Una partida reducida, si se compara con los 7,1 millones de presupuesto que manejó Fontenla en año pasado (si bien fuentes de la patronal aseguran que sólo se ejecutaron 4,5 millones). El recorte de la red exterior de la confederación de empresarios impuesto por el Igape supuso un severo tijeretazo a las capacidad de gasto de la CEG.

Horas antes de celebrarse la asamblea, Alvariño manifestaba ante los medios que esperaba conseguir el visto bueno para las cuentas, porque estas “ya fueron aprobadas” en junta directiva y comité ejecutivo.

“La decisión de la confederación de Lugo no se la esperaba nadie, y todavía no sé entiende muy bien por qué ha sido motivada, si para ganar mayor cuota de poder o para qué”, manifestaban ayer fuentes cercanas al presidente de los empresarios gallegos.

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