La ‘Galiciadependencia’ de Itínere: la AP-9 genera más de la mitad de sus ingresos

La Autopista do Atlántico aportó el pasado año 127,7 millones al grupo controlado por Corsair Capital, que recibió más de 25,6 millones de las administraciones públicas

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La AP-9 no sólo es el objeto de deseo de la Xunta, que insistentemente llama a la puerta de Fomento para solicitar el traspaso de titularidad del vial. Es también la joya de la corona de Itínere, el grupo controlado por el fondo norteamercano Corsair Capital y participado por Abanca (23,7%), en una de esas herencias que dejaron a Juan Carlos Escotet las antiguas cajas gallegas. Itínere tiene seis concesiones de autopistas, dos de ellas en Galicia, la mencionada AP-9 que gestiona Audasa y la de Autoestradas de Galicia, que incluye la vía de peaje A Coruña-Carballo (AG-55) y Puxeiros-Val Miñor (AG-57).

Entre toda la cartera de concesiones, que incluyen la autopista León-Oviedo, Burgos-Armiñón y San Sebastián-Vitoria, las situadas en suelo gallego son las que más ingresos aportan a Itínere por la especial incidencia de la AP-9, que supone más del 50% de su facturación. Dicho de otra forma, Audasa, hasta hace poco en el ojo del huracán por las reiteradas subidas de peaje, aporta más ingresos al grupo que las otras cinco autopistas juntas.

De las arcas públicas al bolsillo privado

Así figura en las cuentas anuales presentadas por Itínere, donde registra una cifra de negocio de 249,1 millones. La AP-9 aportó al montante final 127,7 millones, a los que habría que sumar otros 13,5 millones de Autoestradas de Galicia procedentes del bolsillo de los conductores gallegos.

Aunque el grueso de la facturación procede de los ingresos por peaje, hasta 223,1 millones, Itínere recibió el pasado ejercicio 25,6 millones de las administraciones públicas en forma de compensaciones por determinadas actividades. Las concesionarias suelen blindar su rentabilidad y negocian con Fomento, la Xunta o la administración titular del vial compensaciones a la hora de bajar peajes o acometer obras que garanticen la integridad de su equilibrio patrimonial o, simplemente, como sucedió con los descuentos a los camiones en Galicia, sus ingresos.

Juegos de deuda

La hegemonía de la AP-9 dentro del grupo Itínere implica también que es una de las principales garantías que puede exhibir la compañía a la hora de acometer la refinanciación de su abultada deuda, un proceso que está cerca de cerrarse, según publicó El Confidencial.

La deuda financiera neta ascendía a cierre de 2014 a 2.738 millones. Una parte del fuerte endeudamiento se debía, precisamente, a las emisiones de Audasa, el mecanismo que utiliza, por ejemplo, para financiar las obras de ampliación de Rande.

El valor de Audasa

Itínere valora en 1.950 millones la concesión de la AP-9, en parte por su prolongada duración, hasta 2047, merced a una ampliación que le otorgó el Gobierno de José María Aznar. En este caso, sucede como con los ingresos, la autopista gallega representa cerca del 70% del valor de todas las concesiones de Itínere, que en conjunto suman poco más de 2.768 millones.

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