La fundación de Abanca controlará los regalos y vigilará las redes sociales de sus trabajadores 

El código ético de Afundación prohíbe a todo su personal hacer comentarios en nombre de la entidad o defender públicamente posturas contrarias a sus intereses

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A medida que la corrupción escalaba posiciones entre las preocupaciones de los ciudadanos, los códigos éticos de empresas e instituciones florecían. Existían desde hace tiempo, pero muchos han considerado que era el momento para su revisión, en la mayoría de casos, para endurecerlos y poner bajo lupa todo riesgo de tráfico de influencias o sobornos. Afundación, la obra social que Abanca heredó de Novagalicia, ha hecho público el suyo, que puede consultarse en su página web, y que incrementa la vigilancia sobre el intercambio de obsequios, la transparencia y la contratación de proveedores en el ámbito de la institución.

El código se aplica a los miembros de los órganos de gobierno y a todo el personal de Afundación. El articulado no prohíbe expresamente los regalos, pero fuerza a la institución a que sus obsequios estén presididos por «el principio de austeridad» y «ausencia de conflicto de intereses». Más rígida es la organización con respecto a los regalos a sus empleados o altos cargos. Explica que los obsequios deberán rechazarse, igual que los servicios o favores personales, y, en caso de que sea imprescindible aceptarlos para no incurrir en una «descortesía manifiesta», estos regalos «deberán ponerse a disposición de Afundación para garantizar su transparencia y su independencia».

Las redes sociales y la imagen corporativa

Además de garantizar la equidad en la selección de personal y vetar la discrimanación en las relaciones laborales, el reglamento interno establece normas para proteger la imagen de Afundación que afectan directamente a la plantilla y a los directivos. Queda prohibido, por ejemplo, hacer declaraciones en nombre de la institución «en actos públicos, medios de comunicación, redes sociales o cualquier otro foro expuesto a la opinión pública» sin autorización previa.

En este sentido, el personal que utilice redes sociales «deben abstenerse de hacer comentarios en nombre de la entidada o defender postulados contrarios a sus intereses». Y añade el código: «En todo caso, deberán aclarar en los perfiles sociales que cualquier opinión es de carácter personal y nunca vinculada a Afundación».

La protección de la imagen también se extiende a los procesos judiciales. Los empleados tienen la obligaciónde comunicar a la gerencia si se ven envueltos en juicios que puedan salpicar a Afundación o dañar su reputación.

Contratación

El documento también regula los procesos de contratación de servicios a terceros y de personal. Prohibe a los altos cargos cualquier tipo de presión o influencia para favorecer a candidatos por afinidad o parentesco. Aquellos miembros que formen parte de sociedades o instituciones que aspiren a realizar un servicio para Afundación no podrán tomar parte en la toma de decisión. Lo mismo sucede con la contratación de personal.

Así, Afundación especifica que «la gestión de solicitudes de compras y contrtación de servicios deberá asegurar la libre concurrencia de proveedores, el cumplimiento de parámetros objetivos de calidad y precio, la ausencia de conflico de intereses, la alineación con valores de Afundación, formalidad contractual y pago en tiempo y forma».

Canal de dudas y quejas

La institución ha habilitado dos canales. El primero para consultar cualquier duda sobre el posible incumplimiento del código ético, en casos, por ejemplo, de conflicto de intereses. Un caso habitual es que personal quiera realizar otro trabajo o actividad que pueda causar perjuicio a Afundación. Para este tipo de dudas, existe el canal específico codigoetico@afundacion.org.

Para las quejas, denuncias y sugerencias se habilitó otro canal: sugerencias@afundacion.org

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