La familia de Díaz Pardo pierde el control de Sargadelos y negocia la venta de sus acciones

El presidente, Segismundo García, se hace con un 60% del grupo, que continúa en concurso de acreedores y pendiente de reclamaciones millonarias

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Sargadelos se precipita hacia una nueva etapa. Otra más, tras la sucesión de despidos, de batallas entre los socios y, finalmente, del concurso de acreedores en el que se hundieron Cerámicas do Castro y Fábrica de Sargadelos, los centros productivos de Sada y Cervo. A la suspensión de pagos llegó el grupo con apenas 500.000 euros en el banco, en cuentas repartidas por BBVA, Abanca, Caixabank, Pastor y Santander. El líquido en tesorería no llegaba a los 200.000 euros en el caso de las dos empresas afectadas por el concurso y sobre ellas pendía una reclamación de seis millones de los herederos de Isaac Díaz Pardo, Camilo, José y Rosendo Díaz Arias, que fue registrada como incidente concursal y que se basaba, entre otros aspectos, en los derechos de propiedad intelecutal derivados del trabajo del artista e intelectual galleguista.

En ese aciago escenario arrancó una negociación entre los socios para resolver fuera de los tribunales una demanda inasumible para las delgadas arcas de Sargadelos. Ahora parece próxima a resolverse en favor del actual presidente, que ha comprado paquetes accionariales a la familia Vázquez, –los otros socios de referencia, descendientes de trabajadores a los que Díaz Pardo premió con acciones– y a minoritarios hasta hacerse con un 60% de Cerámicas do Castro. El porcentaje le da un amplio control, ya que Cerámicas do Castro tiene, a su vez, un 39% de Sargadelos, según informan fuentes empresariales.

Situación difícil para los Díaz Arias

Las mismas fuentes aseguran que los propios Díaz Arias han vendido acciones a Segismundo García, que en el pasado abandonó el grupo para luego denunciar al consejo por desviar dinero de las fábricas al Instituto Galego de Información (IGI), actualmente en liquidación. Regresó a la máxima responsabilidad en Sargadelos con apoyo de la familia Vázquez y esa alianza dejó en fuera de juego a los herederos de Díaz Pardo.

El escenario pasa ahora por la compra del paquete accionarial de los Díaz Arias con un acuerdo que zanjaría también la reclamación millonaria que afloró durante el concurso y que, como mucho, dejaría a la familia con una participación muy residual. En la empresa dan por hecho que será así, aunque fuentes de la familia consultadas por este medio matizaban que el acuerdo no está cerrado por más que la oferta de compra de Segismundo García se mantenga sobre la mesa. En un principio, los Díaz Arias querían un pacto más amplio, con detalles sobre cómo sería la gestión y el futuro de la empresa, pero no han querido comentar nada al respecto. «No está cerrado», se limitaron a asegurar.

El concurso continúa

Mientras tanto, la empresa sigue en concurso, a la espera de cerrar un convenio que ralentizó la reclamación de los herederos del artista y un juicio que no llegó a realizarse, al tratar los socios de pactar una solución sin tribunales de por medio. En la empresa aseguran que la situación es «complicada», pero no tanto como pareció en algún momento. El objetivo, dicen, es lograr un convenio «realizable» que lleve aparejado un plan de viabilidad que haga sostenible una empresa que ha ido dando tumbos en los últimos diez años.

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