La facturación de la industria maderera cae a niveles de 2009

Alcanzó 1.625 millones de euros en 2012, un 4,5% menos que el año anterior

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La facturación de la industria de la madera y el mueble en Galicia descendió un 4,56% en 2012, alcanzando los 1.625 millones de euros. La cifra está muy cerca de los 1.619 millones facturados en 2009, tras mantenerse por encima de los 1.700 en los ejercicios de 2010 y 2011.

La exportación ha sido clave para evitar un desplome mayor y mantener la actividad de las empresas ante la falta de demanda del mercado interior. Galicia sigue liderando las exportaciones de madera, con un valor de 388,7 millones de euros –que asciende a 688,2 millones si se suman las exportaciones de pasta– y a gran distancia del resto de las regiones, según refleja el informe de resultados de 2012 realizado por Confemadera Hábitat Galicia.

Pese al alivio del mercado internacional, el impacto de la crisis económica sigue siendo demoledor en el balance del sector. La industria de transformación de la madera de Galicia ha perdido 794 millones de euros en facturación y 6.800 empleos desde el año 2007. Según los datos de Confemadera, mantiene 20.000 empleos directos y 50.000 indirectos.

El mueble factura la mitad que en 2007

El estudio de Confemadera confirma las malas previsiones para la industria de la carpintería y el mueble, que cierran 2012 con una facturación de 396 millones de euros, un 8% menos que en el ejercicio anterior. El progresivo declive desde el año 2007 (774 millones) ha llevado a esta industria a reducir a la mitad su facturación.

Carpintería y mueble es el ramo más castigado. Aguanta mejor el tirón la primera transformación, que alcanzó los 1.229 millones de euros, con un descenso del 3,3%.

La industria del tablero y la pasta creció un 6,6%, hasta los 635 millones, mientras que los aserraderos (220 millones) y los rematantes (374 millones) también sufrieron descensos en la facturación.

Negocio para las familias

Ante este escenario, la patronal reclama a las administraciones públicas «políticas de incentivo de la inversión» en el monte gallego.

Para justificar esta demanda, señalan que las familias gallegas percibieron 250 millones de euros por venta de madera durante el pasado año y que un total de 54.200 propietarios cortaron madera, lo que representa el 7% de las familias de la comunidad.

Principales demandas

El presidente de Confemadera, Elier Ojea, ha insistido en que la comunidad autónoma cuenta con unas condiciones «inmejorables» para la producción, pero ha llamado la atención sobre la necesidad de una política forestal «activa que apoye a las empresas de transformación».

Así, las principales demandas del sector, que pasan, en primer lugar, por el desarrollo de una política forestal «que incentive la inversión en el monte», con la promoción de una selvicultura «moderna» que permita obtener madera «en cantidad y calidad», el apoyo a una gestión forestal sostenible y la potenciación de la gestión conjunta de la propiedad forestal.

En segundo término, Ojea ha demandado apoyo a la mejora de la competitividad sectorial, a través de la «clarificación, simplificación y agilización» de los trámites y la equiparación de la normativa del transporte forestal con otros países de la Unión Europea.

Ley de montes

Elier Ojea ha comentado que la industria gallega de la madera confiaba en que la Ley de montes diera «solución» a algo que califican como un «problema de enorme gravedad» para los empresarios, en relación con la aprobación de ordenanzas municipales que suponen aumento de tasas y de requisitos.

«No podemos estar al albur de los caprichos de cada ayuntamiento», ha alertado, para apuntar que, pese a comprender que los consistorios precisan ingresos, este es un «tema» que «lo tienen que resolver los políticos»

A contracorriente

Una de las tesis que sostiene Confemadera y que refleja en su estudio es la ausencia de una apuesta clara por la producción en el territorio gallego. En el informe se citan iniciativas que desde el ámbito político se están desarrollando en favor de la industria maderera, desde la certificación de la superficie forestal –que en Finlandia alcanza el 90% mientras que en Galicia apenas alcanza el 8%– hasta la regulación francesa en apoyo del uso de la madera.

El informe sostiene que, mientras en el contexto europeo está creciendo la competitividad por aumentar la producción, en Galicia –y también en el Estado– “la tendencia ha sido la contraria”. En los últimos 4 años, se han dejado de plantar 8,5 millones de árboles, según datos de la asociación de viveros forestales de Galicia, “a causa de la falta de inversión pública”.

“ A pesar de la falta de una selvicultura moderna y de la aplicación de la mejora genética, Galicia cuenta con una alta productividad de sus masas forestales propiciada por las inmejorables características del terreno y a las condiciones climatológicas”, matiza el informe.

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