La espantada del Igape reduce a la mitad el presupuesto de la patronal

Los recortes a la red exterior dejan las cuentas de la CEG en 3,5 millones. Fontenla dispuso de 7,1 millones aunque solo ejecutó 4,5 en el último ejercicio

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José Manuel Fernández Alvariño llevará a la Asamblea Xeral de la patronal gallega un presupuesto de 3,5 millones de euros para este ejercicio después de no pocos dolores de cabeza para cuadrar los números de la CEG. Basta con recordar el maratón de reuniones con el Igape para cerrar el nuevo convenio de las oficinas en el exterior, la auditoría impulsada por el nuevo presidente y el pulso en las reuniones del comité ejecutivo con Fontenla, presidente de los empresarios coruñeses.

Precisamente, el recorte a la red exterior impuesto por el Igape supondrá un severo tijeretazo a la capacidad de gasto de la patronal. En 2013, el ejercicio en el que Alvariño desbancó a Fontenla del sillón de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), el presupuesto ascendía a 7,1 millones, algo más del doble, aunque, según fuentes de la patronal, solo se ejecutaron 4,5 millones, un millón más que el gasto previsto por Alvariño.

Es decir, la Xunta echó el freno a la financiación de las plataformas en el exterior en 2013, cuando el convenio preveía una inyección máxima de 6,7 millones, y después aplicó el recorte definitivo otorgándole fondos por valor de 2 millones de euros para este año y reduciendo el número de oficinas.

Poco endeudamiento y poco riesgo

De los 3,5 millones con los que cuenta Alvariño, 1,1 cubren gastos de estructura, como pagar los sueldos de una plantilla de 20 trabajadores. El resto se dedica a la ejecución de programas.

Es un planteamiento conservador. Garantiza la ejecución de actividades sin comprometer el pago de facturas pendientes a pesar de que el endeudamiento bancario es escaso. Llegó a alcanzar los 6 millones, informan en la CEG, pero ha quedado en una deuda a largo plazo de dos millones.

Las dos líneas que había marcado Alvariño se cumplen. Reduce gastos y minimiza la dependencia de las subvenciones. El problema es la tercera clave, el aumento de los ingresos, que este año ha quedado mermada por el varapalo de la red exterior.

Los compromisos

Si el presidente quiere tener contentas a las provinciales deberá ejecutar el presupuesto de manera equitativa en las cuatro provincias. Maneja una lista de 12 programas entre los que están la orientación laboral, la prevención de riesgos o la eficiencia energética. El reparto equitativo fue uno de sus compromisos al llegar a la patronal y en Ourense y Lugo, que lo apoyaron en su ascenso, todavía esperan la reforma estatutaria que les otorgue más peso en el reparto de poder de la CEG.

La inyección de los fondos de formación, que otorga la Consellería de Traballo directamente a las provinciales, le ha dado tiempo. Ha pasado de 1,5 millones en 2013 a 3 este año, duplicando los ingresos por este concepto de la patronal lucense y ourensana, según informan fuentes empresariales.

Fondos europeos

Las cuentas de la CEG tienen todavía que ser aprobadas en el máximo órgano de decisión de la patronal, la Asamblea Xeral. Han pasado el filtro del comité ejecutivo sin que A Coruña pusiese pegas, por lo que no se esperan sorpresas. Aunque con la CEG nunca se sabe.

La asamblea no está todavía convocada, aunque seguramente se celebrará a finales de este mes. Pasado el trago, Alvariño intentará conformar proyectos conjuntos para competir con garantías por fondos europeos. No solo intentará implicar a las provinciales, también barrunta programas transfronterizos con Portugal o Asturias, e, incluso, con Castilla y León y Navarra.

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