La empresa familiar se harta y pide un gobierno cuanto antes

Advierten de que sin medidas que garanticen un crecimiento estable y sostenido no se podrá generar empleo de calidad

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La economía española crece a pesar de que el país lleva meses sin un gobierno. Las empresas, que han sabido aprovechar este cambio de rumbo para expandir su negocio, empiezan a mostrar su hartazgo por esta situación que, como denuncian, priva al sector productivo de las mediadas necesarias para consolidar esta tendencia en el tiempo.

En el XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que se celebra estos días en A Coruña, el término ‘estabilidad’ ha estado en la boca de todos los ponentes, desde el rey Felipe VI, que aprovechó el discurso inaugural para reclamar «medidas que dinamicen e impulsen el crecimiento de las empresas familiares», hasta el presidente de la Xunta en funciones, Alberto Núñez Feijóo, que apeló a «un sosiego que deje de lado actitudes grandilocuentes que nada resuelven».

En la misma línea se pronunció el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Ignacio Osborne, cuando recordó que la confianza «es el principal aliado de la inversión y, por el contrario, la incertidumbre su mayor enemigo». Por ello abogó por una «estabilidad institucional, regulatoria y económica» que permita consolidar la senda de crecimiento que han iniciado las empresas, que son las únicas garantes de la creación de empleo.

Suspenso a la situación política

Los más de medio millar de asistentes al congreso tuvieron ocasión de evaluar en una encuesta la situación actual. Los resultados fueron esclarecedores: en lo que respecta a la política, le otorgan un suspenso, con 1,79 puntos sobre diez, frente a los 2,08 que recibió en 2015. La situación económica, por su parte, mantiene el tipo, con un 5,31, misma puntuación que el pasado año.

La encuesta también revela que las prioridades de los negocios familiares pasan por exigir al nuevo gobierno una «simplificación administrativa» y «unidad de mercado». También claman por un pacto por la educación y la reforma del mercado laboral y del sistema de financiación autonómica.

Sobre esta última cuestión tuvieron ocasión de debatir en el marco del congreso Fernando Fernández, economista y director de la cátedra del sistema financiero internacional de IE Business School, y el director de estudios financieros de Funcas, Santiago Carbó.

Ejemplo en la empresa familiar

La importancia que dan las empresas familiares a la estabilidad se debe a que es una de las marcas de su ADN. Como explicó Ignacio Osborne, «es sinónimo de permanencia, de duración y de longevidad». En este sentido, invitó a reflexionar sobre lo que de ellas pueden aprender los políticos en cuanto a visión de largo plazo, rigor, disciplina, austeridad, valor del esfuerzo, asunción de riesgos o compromiso con el entorno social y el territorio.

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, organizador del congreso, incidió en la necesidad de contar con un gobierno que garantice ese crecimiento «estable y sostenido» que «es la única receta segura para la creación de empleo de calidad. Si nuestras empresas no crecen, no lo hará el empleo», advirtió.

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