La dueña de Ferroatlántica cambia de ‘jefe’ para capear su crisis

Ferroglobe nombra consejero delegado a Marco Levi, que sustituye al recién dimitido Pedro Larrea con el objetivo de sacar a la empresa de números rojos

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Cambio de timón en Ferroglobe. La empresa participada al 55% por el Grupo Villar Mir dueña de la factoría de Ferroatlántica en Sabón ha nombrado a Marco Levi como nuevo consejero delegado de la compañía en sustitución de Pedro Larrea, que ha presentado su dimisión para embarcarse en nuevos proyectos empresariales.

De esta manera, Ferroglobe apuesta por un directivo de más de 30 años de experiencia ocupando altos cargos en empresas del sector industrial. Y es que Levi era hasta ahora consejero de Schweitzer-Mauduit International, empresa en la que recaló tras haber sido presidente y consejero delegado de la finlandesa Alhstrom-Munksjö.

Para el presidente de Ferroglobe, Javier López Madrid, el nuevo consejero delegado «ha demostrado su habilidad de liderar varias compañías industriales que cuentan con la misma dinámica y retos que Ferroglobe», al tiempo que ha agradecido la labor de Larrea por sus ocho años al frente de la compañía en plena integración entre Ferroatlántica y Globe.

Su crisis en Sabón

El desembarco de Levi se produce en un momento marcado por la crisis que Ferroglobe padece y que le ha llevado a desplomarse más de un 95% en bolsa en los dos últimos años, lo que ha provocado que su capitalización bursátil se haya reducido hasta los 146 millones de dólares, unos 130 millones de euros al cambio actual.

La compañía ha perdido 212 millones de dólares en los nueve primeros meses del año ante el descenso que están sufriendo los precios de la ferroaleaciones en el mercado y que golpea a la planta de Sabón.

La compañía solo mantendrá activo uno de los tres hornos de esta factoría sobre la que se cierne la amenaza de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por dos años ante el nuevo hachazo en las subastas de interrumpibilidad. Y es que el recorte del 95% en estas ayudas, que para el primer semestre de 2020 ascenderán a apenas 4 millones de euros, abre la puerta a descensos de producción en la planta y a nuevos ajustes de personal.

El estatuto para la industria electrointensiva (que previsiblemente se aprobará en uno de los dos consejos de ministros de esta semana) se perfila como pieza clave para solventar esta crisis.

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