La división minera de Sacyr es rentable (pero no en San Finx)

La explotación de Aguablanca, en Badajoz, lleva a Valoriza Minería a beneficios a pesar de registrar pérdidas en las minas gallegas de San Finx

Vista aérea de la Mina de San Finx

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Sacyr puso en marcha su división minera, agrupada en torno al holding Valoriza Minería, en 2014 con el foco puesto en la minería gallega, donde se hizo con los derechos de explotación de San Finx en Lousame (A Coruña), para extraer estaño y wolframio, los mismos materiales que busca a través de varios permisos de exploración en la provincia de Ourense.  

El crecimiento de esta área de negocio se consolidó con la compra de los derechos en España de Lundin Mining, la multinacional que traspasó a Edgewater la polémica mina de oro de Corcoesto. Actualmente, Sacyr tiene en operación, además de San Finx, la mina de Aguablanca en Monesterio (Badajoz), que adquirió cuando Lundin había anunciado su cierre y de la que extrae níquel y cobre.

Este desarrollo es el motivo de que la división minera de la compañía eleve sus ingresos y logre beneficios, pues el resto de su cartera está formada por permisos de exploración repartidos entre Andalucía y Extremadura.

Los resultados de las minas

Las cuentas del grupo que preside Manuel Manrique muestran que Río Narcea Recursos, la filial que explota Aguablanca, aportó un beneficio al grupo de 1,2 millones, que compensaron el resto de costes de los proyectos y las pérdidas de San Finx.  De esta manera, Valoriza Minería logró cerrar con unas ganancias de 385.000 euros.

Las minas de Lousame, cuyos derechos están en manos de la sociedad Tungsten San Finx, registraron pérdidas de 488.000 euros, según el informe anual presentado por el grupo. Los números rojos se suman al resultado negativo de 367.000 euros en 2017, curso en que la explotación se vio afectada por la inundación de las galerías y hubo de parar la actividad, aplicando un ERE a los trabajadores, hasta adecuar el espacio para su explotación. La previsión era procesar 42.000 toneladas de mineral durante el ejercicio e ir elevando el volumen hasta las 72.000 toneladas anuales.

Las minas de San Finx están siendo investigadas por la justicia por un posible delito de prevaricación ambiental en los permisos otorgados por la Xunta a Sacyr.  

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