La despedida de Adolfo Domínguez: «Mis hijas garantizan la transición»

"La transición está hecha, no ha sido fácil, estoy satisfecho", asegura Adolfo Domínguez al anunciar una nueva etapa con sus tres hijas en el proyecto

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No solamente Amancio Ortega ha dado un paso atrás en el día a día de Inditex. A su manera, Adolfo Domínguez también aborda una nueva etapa en la compañía que preside. Aunque sigue al frente del consejo de administración, Adolfo Domínguez respira tranquilo viendo a sus tres hijas (Adriana, Valeria y Tiziana) incorporadas al proyecto.  «La transición está hecha. No ha sido fácil. Estoy satisfecho«, asegura el modisto ourensano.

«La empresa está mejor en manos de las profesionales de mis hijas que en manos de los bichos profesionales». Así de crudo se muestra Adolfo Domínguez al analizar la anterior etapa en la gestión de la compañía, con Estanislao Carpio al frente, en calidad de consejero delegado del grupo, con un consejo que ahora está totalmente renovado.   

El papel de las tres hijas de Adolfo Domínguez

Adriana es la consejera delegada y forma parte del máximo órgano de Adolfo Domínguez desde noviembre de 2016. En agosto de este mismo año se incorporó al consejo su hermana Valeria. Un grupo de capital y gestión familiar. Adolfo Domínguez abordó la situación de la empresa en el Foro La Región, aprovechando la presentación de su último libro. «Juan Griego y las raíces de una empresa», rezaba el debate a tres que realizó con dos periodistas.

«Estoy feliz de que en esta empresa conseguimos que haya una transición familiar. La anterior etapa fue un desastre sin paliativos. Y doy gracias a todos los dioses porque Adriana, Tiziana y Valeria serán una garantía de que esto va para adelante y de que esto continúe aquí». Así de convencido se mostró el diseñador, que ilustró los duros momentos que vivió la compañía en la anterior etapa: «Con el anterior consejo sostuve una votación en la que todos querían llevar para fuera esta empresa y dije sencillamente que eso se llevaría a cabo con mi cadáver por delante. Conseguí que todos dimitieran», explicó para zanjar esa etapa.

«El futuro volverá a ser brillante»

«La familias se equivocan fácilmente, los individuos también. Solo sobreviven los más aptos. La vida es dura. La libertad hay que ganarla cada día». Durante su intervención, Adolfo Domínguez recurrió a la metáfora para abordar varios pasajes del libro y establecer una línea de comparaciones con la vida reciente de la compañía.  

Sobre sus hijas, el diseñador explicó que «Adriana y Tiziana, que está en diseño, lo están haciendo bien. En estos momentos estamos tranquilos y yo creo que el futuro volverá a ser brillante». ¿Cuál es su papel en la empresa? La pregunta tenía intención y el empresario señaló que «la consejera delegada es mi hija y el departamento de diseño lo llevan Tiziana y Elena (su mujer), y yo también estoy aún presente, no emplearía el término controlando, en el departamento de diseño».

El rol de presidir el consejo

«La presidencia de un consejo es compleja. Hacen falta años para saber dirigir un consejo. Los seres humanos somos complicados, y mantener algo unido es difícil», explicó para describir sus actuales tareas, más alejadas ya del día a día. «La filosofía de la compañía será la que ellas decidan e interpreten, con Adriana, con las tres, que están muy formadas«. Por ejemplo, en el departamento de diseño, «Tiziana, que es una buena pintora, consigue calidad para llevar todo esto», dijo. «Hacer bien las cosas cada día». Esa es la receta de Adolfo Domínguez. «Vivo aquí, en Ourense, y si es por mí, moriré aquí».

 

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