La década negra de Adolfo Domínguez: solo logró beneficios en 2015

La compañía ahora presidida por Adriana Domínguez ha cosechado unas pérdidas acumuladas por valor de 90 millones de euros desde el año 2010

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Adolfo Domínguez abre nueva etapa tras cerrar su década más oscura. La firma textil ourensana afronta un 2020 marcado por la crisis del coronavirus con un relevo en su presidencia -después de que Adolfo Domínguez haya cedido el bastón de mando a su hija y consejera delegada, Adriana Domínguez– y una nueva renovación en su cúpula con fichajes de Sociedad Textil Lonia o Amazon para enderezar el rumbo de una compañía que ha cerrado en números rojos nueve de sus últimos diez ejercicios.

Y es que la firma ha cosechado unas pérdidas acumuladas por valor de 90,7 millones de euros desde que en 2010 se sumergiese en números regativos tras dejarse 4,78 millones de euros. Los números rojos llegaron a dispararse hasta los 24,1 millones de euros en 2012 o los 22,9 millones de euros en 2016, sus dos peores ejercicios, para, tras un plan de ajuste en tiendas y un primer vuelco a su cúpula, llegar a acariciar los beneficios en 2018, cuando cerró con unas pérdidas de 500.000 euros, que en 2019 se han elevado a 8,3 millones de euros. 

Ganancias solo en 2015

De los últimos diez años, Adolfo Domínguez tan solo logró esquivar esta tendencia en 2015. Fue entonces cuando, en un año marcado por el expediente de regulación de empleo (ERE) a un centenar de trabajadores de sus oficinas centrales, la firma aprovechó una operación inmobiliaria para cerrar con un beneficio de 7,7 millones de euros. En concreto, la compañía selló la venta de un inmueble situado en el barcelonés Paseo de Gracia por 45 millones de euros, lo que le permitió escapar de números rojos pese a ver cómo su facturación descendía de 124,3 a 108,4 millones de euros.

Si en 2015 la firma lograba su regreso a beneficios pese a facturar menos, en 2019, por el contrario, la firma multiplicó sus pérdidas por 16 pese a elevar sus ventas de 111,9 a 114,9 millones de euros y llevar su resultado bruto de explotación de 686.774 a 951.906 euros. 

Esta situación se explica por el golpe fiscal que ha sufrido la compañía en el último año, en el que ha abonado 8,2 millones de euros en impuestos sobre beneficios, casi seis veces más que el año anterior. Y es que la firma se ha visto obligada a a aplicar un ajuste de 7,4 millones de euros sobre los impuestos diferidos correspondientes a deducciones o las bases imponibles negativas que arrastra tras las pérdidas sufridas en los últimos años. 

Su fortín en México

Adolfo Domínguez ha ahondado sus pérdidas tras el frenazo su mercado predilecto: México. La memoria anual de la compañía revela que el beneficio antes de impuestos logrado en el país centroamericano pasó de los 5 millones de euros en 2018 a los 2,8 millones en 2019, aunque, no obstante, se mantiene como el país más rentable para la actividad del grupo textil ourensano.

Y es que Adolfo Domínguez logra quintuplicar en México las ganancias que logra en Portugal (en donde ha pasado de registrar un beneficio de 400.000 euros a uno de 539.000), mientras que en China se anota 65.000. Estas cifras contrastan con las pérdidas por valor de 144.000 euros en Francia, de 176.000 en Estados Unidos, de 445.000 en Japón o de 1,427 millones en España (las pérdidas se elevaban hasta los 3,6 millones de euros en 2018).

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