La CEOE va a las urnas con todo a favor para la reelección de Rosell

El actual presidente logra el respaldo de los sectores financieros, de las grandes empresas, de la patronal madrileña y cuenta con el visto bueno del Gobierno; el resultado se hará público a primera hora de la tarde

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El presidente de la CEOE, Juan Rosell, siente cercana la reelección. Este miércoles la patronal española pone las urnas como culminación de un proceso electoral menos traumático que el de 2010 ya que, gane él o su oponente, el presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, la renovación parece imparable (los programas son bastante similares en sus ejes).

Tampoco existe la convulsión de la corrupción ni las malas prácticas empresariales, que terminaron por encarcelar al predecesor Gerardo Díaz-Ferrán por diversos delitos económicos. Al inicio de la campaña, el propio Rosell reconoció que, cuando tomó las riendas, la CEOE no estaba «en la mejor de las situaciones, ni en el orden interno, y mucho menos en cuanto a percepción externa».

El actual dirigente parece ahora tener todo a favor tras un mandato en el que ha promovido las reformas internas y ha recuperado el liderato del diálogo social. No sólo el número de avales (304 frente a 25) señalan otro mandato de Rosell, los pactos internos también cimentan esa sensación previa de victoria. Otros indicadores son el respaldo cerrado de los sectores financieros y de los grandes empresarios, además del visto bueno gubernamental.

Pactos internos

Si la victoria pasa de la suposición a la realidad, ésta habría sido imposible sin ordenar la casa madrileña, empeño al que Rosell ha dedicado buena parte de sus energías durante la campaña. En los últimos días, ha alcanzado el pacto con Juan Pablo Lázaro. Es el nuevo hombre fuerte del empresario catalán en Madrid. El día después de las elecciones en CEOE, tomará el relevo de la patronal madrileña a Arturo Fernández.

La maniobra garantiza el apoyo de los empresarios capitalinos, que se suma al de las grandes empresas del Ibex, la mayor abanderada ha sido Telefónica, y a un gran número de secciones sectoriales y territoriales, salvo la metalúrgica, que lidera el frente del vasco Garamendi. Las urnas permanecerán abiertas desde primera hora de la mañana en el palacio de Congresos.

El resultado oficial se espera hacia la una de la tarde. Será entonces cuando se sabrá con certeza la fuerza de la oposición y si Rosell deberá contar para el nuevo mandato con su contrincante, cuya campaña se esfuerza en difundir que sus apoyos son mayores a los que se traducen del número de avales, ya conocido.

Guerra sucia de Garamendi

Hasta el momento, las acusaciones cruzadas de juego sucio están a la orden del día. El núcleo cercano a Rosell atribuye al equipo de Garamendi, dirigido por la vieja guardia de la patronal, la difusión de un dossier con diferentes «difamaciones», como que Foment del Treball no abona las cuotas de afiliación.

El misil a la línea de flotación se ha lanzado en forma de deslegitimación política por la supuesta posición tibia sobre la deriva independentista de Cataluña. Garamendi ha basado su discurso en la falta de pronunciamiento sobre la unidad territorial y en la defensa cerrada del mercado único.

Los de Garamendi acusan a Rosell también de opacidad en las cuentas de la organización, aunque la candidatura se asienta en los sectores más afectados por las decisiones de la actual junta, especialmente el de las mutuas. Estos dirigentes han acusado una fuerte reducción salarial con la nueva ley, en cuya negociación ha participado activamente el actual patrón.

Programas electorales

Garamendi, en caso de alcanzar la presidencia, retrocederá parte del camino recorrido. Pretende aplicar posiciones más duras en las futuras negociaciones con los sindicatos y el Gobierno. Arañar más fondos de formación –en decadencia y foco de casos de corrupción– es otro de sus objetivos. Aunque mantiene la apuesta por la renovación de la institución.

El actual presidente pretende hacer valer la transformación que ha sufrido la CEOE en su mandato. En los últimos cuatro años ha reducido direcciones, burocracia y ha impuesto controles contra la corrupción. Rosell pretende capitalizar su capacidad de negociación con el resto de agentes sociales, que dio pie a acuerdos mayores como el de moderación salarial vigente hasta ahora.

Esa reconocida habilidad para el diálogo se pondrá en juego también, en caso de reelección, para «guiar al empresario español en la nueva singladura europea», según declaró él mismo en una carta enviada a las entidades socias de la CEOE.

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