La CEOE se pone de perfil en la crisis de la patronal pontevedresa

Los críticos se enrocan presentando una demanda contra la actual directiva y tratan de maniatar las primeras decisiones del nuevo presidente

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La cúpula empresarial española se ha desentendido del camino, cualquiera que sea este, emprendido recientemente por la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP). La CEOE ha decidido mantenerse totalmente al margen de la organización patronal provincial, en cuyo seno no parecen si no crecer los problemas y el enfrentamiento entre las dos facciones en que se ha desgajado la organización después de unas elecciones, saldadas el pasado 26 de febrero con cambio de presidente, y en las que unos ven un claro pucherazo, dirigismo e injerencias políticas, y otros sencillamente el mal perder de los derrotados en las urnas.

Fuentes oficiales de CEOE dijeron a este medio que «ni está previsto ni se hará» intervenir de ningún modo en la lucha fratricida que mantienen desde hace unas semanas los principales espadas de la CEP, nucleados en torno al presidente saliente, Luis Novoa, y al nuevo número uno, Jorge Cebreiros, por lo demás dos estilos antagónicos en sí mismos. La cúpula empresarial española aseguró a Economía Digital que las organizaciones que componen la CEOE «son perfectamente soberanas» para tomar sus propias decisiones y no está previsto en los estatutos la opción de hacer ninguna injerencia «en ningún sentido».

Enrocados

Mientras en Madrid se lavan las manos respecto a lo que está ocurriendo en Vigo, sede de la patronal pontevedresa, el cisma entre las dos facciones de la organización provincial entraba ayer oficialmente en el juzgado en forma de demanda de nulidad de las elecciones celebradas a finales del mes pasado, basándose en las posibles irregularidades en 20 papeletas. Las posturas de la organización parecen hoy por hoy totalmente irreconciliables entre varias asociaciones promotoras de la demanda y que apoyan a la anterior cúpula, encabezada por Luis Novoa, antiguo mano derecha del presidente de la CEG, José Manuel Fernández Alvariño, y la actual presidencia, a la que llegó el empresario Jorge Cebreiros tras una ajustada votación de tan sólo tres votos de diferencia.

Los disidentes trataron de maniatar ayer las primeras decisiones del presidente electo, bloqueando el nombramiento del tesorero durante el primer comité directivo de la patronal tras la cita con las urnas. Con votos en blanco intentaron, sin éxito, frustar el ascenso de César Ballesteros.

Con todo, el comité directivo fue más que nada un tira y afloja y una convulsa comparación de fuerzas entre las dos facciones, por si no aún había quedado meridianamente claro el enfrentamiento que les ha llevado a la situación en la que precisamente se encuentran. Los críticos consideran que el presidente debe ceder su puesto a la anterior directiva hasta que el juez decida cautelarmente qué hacer al respecto. Los críticos han pedido que se anule todo el proceso y que se repitan las elecciones.

Legitimidad

Los directivos que arropan a Cebreiros consideran, por su parte, que el proceso ha sido totalmente transparente y que la demanda que tuvo su entrada en el juzgado será desestimada por el órgano jurisdiccional. Lo peor, según esta versión, es «el daño que se está haciendo a la CEP» por empresarios que no admiten el resultado de las elecciones y que Jorge Cebreiros es el legítimo nuevo presidente de la confederación pontevedresa. Este ya fue vicepresidente de la CEP cuando Fernández Alvariño estaba el frente, y ahora es el presidente del comité de presupuestos de la CEG, que en menos de mes y medio tendrá que aceptar o reprobar las cuentas presentadas por Alvariño.

A nadie se le escapa ya que Fernández Alvariño necesita el de Pontevedra para validar su gestión y contrarrestar los votos negativos de Lugo y A Coruña. El presidente de la CEG celebrará presumiblemente en abril una reunión para validar sus presupuestos, y de las alianzas con las que cuente en las organizaciones provinciales dependerá en gran medida su continuidad. Con la calculadora en la mano, necesita el compromiso del sur, contando con los votos a favor de Pontevedra y de Ourense. De ahí que muchas voces hayan visto en las elecciones de Pontevedra y en el cambio de presidente, la única forma de salvar al actual número uno de los empresarios gallegos.

Flecos

Sigue pendiente en todo este entramado el nombramiento de dos vicepresidentes que el presidente electo puede designar por su cuenta, además de la impugnación electoral de otro de los candidatos a vicepresidente, por considerar que se han malinterpretado los estatutos dejando vacías sus opciones, y, finalmente, las elecciones parciales a la vicepresidencia a la que no pudo presentarse como candidato el empresario José García Costas, descabalgado a última hora como vocal elegible (en la lista de Cebreiros) tras ser fulminado por la poderosa patronal metalúrgica Asime.

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