La cara y la cruz de la subcontratación en España

La externalización en el sector industrial decrece con la crisis mientras aumenta en los servicios

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Cuando una catástrofe –en este caso una crisis económica– se aproxima o ya ha devastado algunas zonas –o empresas– limítrofes, el instinto de supervivencia puede llevar a tomar medidas que no gustan a todos. Es lo que ha ocurrido la subcontratación en España. Para recortar gastos al final de cada mes, tanto multinacionales como medianas y pequeñas empresas han optado por externalizar parte de sus servicios, que han dejado de ser unos costes fijos para convertirse en variables y ajustarse a las necesidades de cada momento.

Sin embargo, este tipo de prácticas ha desembocado en una situación que no gusta a sindicatos ni tampoco a algunas empresas que se dedican a contratar esta mano de obra.

‘Piratas’ que desprotegen al trabajador

Con la crisis, surgen –hasta de debajo de las piedras– las empresas piratas cuyas prácticas abusivas ignoran las normativas en el ámbito laboral. Algunos empresarios contratan a personal externo a precios muy bajos, sin darles de alta en la Seguridad Social y dejándoles desprotegidos ante cualquier imprevisto.

“En un momento determinado la subcontratación era una necesidad concreta, pero ahora con tal de reducir costes se ha convertido en una práctica más generalizada. La subcontratación debe dar un valor añadido a la empresa y no basarse únicamente en gastar menos y prescindir de personal propio que puede hacer estos servicios”, detalla el portavoz de Comisiones Obreras (CCOO), Salvador Seliva.

Contratar al precio justo

Esta posición la comparte, en parte, Julián Camargo, responsable de expansión en Liconsur, una firma especializada en la gestión de este tipo de servicios. Este grupo asegura que la subcontratación de empleados ha crecido un 22% desde 2008 en España.

“Luchamos contra las empresas piratas. Los clientes van al final a por el precio más bajo pero hay que contratar al precio justo. Reivindicamos el prestigio de este sector, manchado por algunos casos. Hay que cuidar mucho al trabajador ofreciendo buenas condiciones y cumpliendo los convenios porque son especialistas en su campo”, subraya.

Diferentes tendencias en industria y servicios

Pero la realidad es que aunque la externalización de servicios surgió con un fin claro en sectores como el del automovilismo para que, mediante una industria auxiliar, contar con los mejores profesionales y con la última tecnología para competir en un mercado muy agresivo y en continua actualización, esta práctica ha traspasado horizontes y se ha convertido, en varias ocasiones, en algo más dañino que productivo.

“La subcontratación en el ámbito industrial ha caído en los últimos cinco años porque con la crisis ha desaparecido tejido industrial y la empresa auxiliar se ha visto mermada. Por otra lado, en el sector servicios está creciendo para ahorrar costes”, detalla el responsable de esta área en el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Ignacio Giménez.

La importancia de la subcontratación industrial es millonaria en España. Supone algo más del 10% de la producción industrial, engloba a 13.000 pymes y 270.000 trabajadores. Este negocio mueve 61 millones de euros anuales, según datos obtenidos de las cámaras. Por ello, pone énfasis Giménez, es importante que la subcontratación industrial revierta su tendencia a la baja de los últimos años.

La Administración Pública

Algunas compañías con la excusa de que sus cuentas no están tan saneadas como desearían aprovechan para despedir a personal fijo en plantilla y contar de forma puntual con otros trabajadores externos. Aumentan las colas del paro por un lado mientras se contrata por otra vía, pero las condiciones cambian y no siempre se equiparan ni mucho menos mejoran.

“Nosotros les quitamos cierta carga laboral a las empresas. Es una cuestión de rapidez y de ahorro de costes. Las compañías ahora tienen miedo a contratar más personal porque no saben si van a poder mantener a estos trabajadores y nosotros les ofrecemos los servicios que quieren. Damos trabajo al mismo tiempo a gente que de otra forma no tendría más oportunidades. Tenemos conserjes de 50 años con gran experiencia y profesionalidad que sí pueden trabajar determinados días y horas”, matiza Camargo.

La externalización de servicios en la administración pública también ha dañado la imagen de la subcontratación en España. Varios son los casos que se almacenan en las hemerotecas de los diarios y que se pueden recordar a través de los buscadores de Internet.

Algunos trabajadores de limpieza o seguridad llevan meses sin cobrar porque los ayuntamientos o gobiernos autonómicos no pagan a tiempo y las empresas no tienen fondos suficientes para asumir los costes de los trabajadores. “La Administración ofrece cada vez precios más bajos y no siempre cumple con los pagos a su debido tiempo”, lamenta Camargo ante este drama que también esconde la subcontratación, en este caso, a nivel público.

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