La caída de Villar Mir en Galicia: sus minas producen un 25% menos

Las tres minas de Ferroglobe en Galicia pasan de producir 463.000 a 354.000 toneladas en un 2019 marcado por la venta del complejo de Cee-Dumbría

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Las estrecheces de Villar Mir llegan también al sector minero gallego. El grupo capitaneado por el empresario y exministro controla el 54% de la multinacional americana Ferroglobe, que el año pasado decidió poner en marcha un plan de choque que ha afectado a las dos patas de su negocio en Galicia. Con un endeudamiento superior a los 500 millones de dólares y unos números rojos que en 2019 se dispararon hasta los 288 millones de dólares, el grupo acordóla venta del complejo que Ferroatlántica (filial de Ferroglobe) tenía en Cee-Dumbría al fondo TPG SIxth Street Partners. La operación, de la que quedó al margen la planta de Sabón (la única que controla actualmente en España junto a la de Boo, en Cantabria) se realizó de manera conjunta con la desinversión de diez centrales hidráulicas en los ríos Xallas y Grande, en una operación de la que quedó al margen la planta de Sabón, que continúa bajo la titularidad de Ferroatlántica.

Pero, más allá del negocio de las ferroaleaciones, Villar Mir extiende sus recortes a las tres minas de cuarzo que opera en estos momentos en Galicia. Y es que los yacimientos de Sonia (ubicado en el Concello de Mañón), Esmeralda (Val do Dubra) y Serrabal (entre los municipios de Vedra y Boqueixón) han visto reducida su producción en un 23,5%, hasta dejarla en 354.000 toneladas el año pasado.

La caída más pronunciada ha tenido lugar en la mina de Sonia, que pasa de 159.000 a 108.000 toneladas, casi un tercio por debajo de su capacidad (150.000 toneladas anuales). En Serrabal, por su parte, la extracción de cuarzo se reduce de 279.000 a 219.000 toneladas, mientras que Esmeralda se ha salido de la tendencia y ha escalado de 25.000 a 27.000 toneladas.

Minas en ‘stand by’

Al margen de estos tres yacimientos, Ferroglobe tiene derechos sobre otras tres minas a través de sus filiales Cuarzos Industriales y Rocas, Arcillas y Minerales. Se trata de Cristina, Trasmonte y Merlán, tres yacimientos que actualmente no producen después de que las “autoriades mineras españolas iniciasen la cancelación de los derechos mineros”.

Ferroglobe tampoco opera por el momento las minas de Conchitina y Conchitina Segunda, con unas reservas estimadas de 1,15 millones de toneladas de cuarzo ubicadas en el concello lucense de O Vicedo. “Ferroglobe considera estas minas como un único proyecto minero apoyado por la formación de Coto Minero, inicialmente aprobado por la autoridad minera en marzo de 2018”, apunta la firma en sus cuentas anuales, en las que afirma tener ”todos los permisos necesarios para iniciar la producción” todavía no ha recibido la “aprobación formal” de su plan minero 2020, aunque aclara que no tiene prohibido acogerse al “completamente autorizado plan minero 2019”.

La situación contrasta con la de la mina de Serrabal, que sí se encuentra operativa y se erige como la mayor del grupo en España pese a no tener la luz verde definitiva para la ampliación de su concesión. “Después de una medida provisional aprobada por la autoridad minera, Rocas, Arcillas y Minerales tiene permiso para continuar las operaciones mineras en Serrabal hasta que se tome una decisión final sobre la renovación de la concesión. Si se garantiza la renovación, la concesión expiraría en 2038”, recalca Ferroglobe.

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