La caída de Caramelo golpea de lleno a la Xunta y entierra 15 millones en ayudas
Xesgalicia mantiene una participación de 3,1 millones en el capital de la textil tras deteriorar casi al completo dos préstamos participativos cuyo valor conjunto ascendía a los 14,8 millones
Poco después del concurso de Viriato, cayó Caramelo. La textil de Inveravante, el grupo de Manuel Jove, solicitó en el Juzgado de lo Mercantil de A Coruña la apertura del proceso de liquidación dos años después de salir del concurso de acreedores.
La nueva Caramelo que nació de la suspensión de pagos, con un tamaño mucho más reducido, renovó imagen y directiva, pero el plan de negocio chocó de frente con la elevada exposición al mercado español, que además de ser muy competitivo, sufrió una severa contracción del consumo.
Los pasos a seguir
Tras la solicitud de liquidación, serán los tiempos judiciales los que marquen el ritmo para el nombramiento de un liquidador y la elaboración del plan para buscar una salida a los activos, incluída la marca.
Entre ellos no está la nave de Caramelo en A Grela, sobre la que pesaba una hipoteca de Abanca y que tras el concurso acabó en manos de Starco invest –Manuel Jove, José Collazo y Modesto Rodríguez–, que la puso a la venta.
La Xunta, atrapada
Con la caída de la empresa no sólo pierde el sector textil gallego y los 170 trabajadores que no tendrán continuidad en sus puestos. También Manuel Jove, que se cansó de inyectar dinero en el proyecto. El año pasado dio por perdidos 8,8 millones de un préstamo que concedió a Caramelo a través de la sociedad Arnela Capital Privado, con la que controla un 65% de la firma textil.
Y también pierde la Xunta, que desde la etapa del bipartito destinó millonarias ayudas a reflotar la compañía. Xesgalicia todavía tiene una participación de 3,1 millones en el capital, traspasada después del concurso de la sociedad Caramelo Gestión, liquidada, a Carmelo SA, la empresa que siguió activa tras la suspensión de pagos. Esos 3,1 millones equivalían a un 7% del capital de Caramelo Gestión.
En el mismo proceso también deterioró casi por completo dos préstamos participativos concedidos a la empresa. Tenía pendiente de cobrar 1,87 millones de uno y 13 millones de otro, que Xesgalicia consideró irrecuperables. De esta cuantía y tras el convenio de acreedores, la deuda que se traspasó a la nueva Caramelo ascendía solamente a 371.000 euros de los 15 millones iniciales.
Créditos, avales y la cólera de Javier Guerra
El ex conselleiro Javier Guerra, que lidió con la primera crisis de la empresa en 2009 –un ERE para más de 200 trabajadores–, arremetió en el Parlamento contra el bipartito, asegurando que había entregado 30 millones en ayudas a Caramelo sin exigir garantías de empleo a la empresa.
Esas ayudas se componían de 11 millones en préstamos participativos, otros 10 millones en créditos ordinarios y el resto a través de diversas líneas de avales. Desde la entrada de Jove en la empresa, la Xunta mantiene la participación de 3,1 millones en el capital a través de Xesgalicia.
Los números
Las últimas cuentas presentadas por Caramelo corresponden al ejercicio 2014. Firma 12 millones de beneficio, pero es una cifra distorsionada por la quita del 80% sobre la deuda del convenio de acreedores que computa como ingreso financiero. El resultado de explotación era negativo de 6,1 millones y el ejercicio anterior lo había sido por valor de 9,1 millones.
Agujero de 11 millones
Arnela, la sociedad de Jove que controla la textil, hace un resumen de los estados financieros de Caramelo a 31 de diciembre de 2015, mostrando un patrimonio neto negativo de cerca de 11 millones. El resultado de explotación habría sido, de nuevo, negativo, con números rojos superiores al medio millón de euros.
Caramelo salió del concurso con unad deuda de 14,7 millones y las empresas de Jove, que tenían atrapados 20 millones, soportaron también la quita de la propuesta de convenio.
Sorpresa entre los trabajadores
La solicitud de liquidación ha cogido por sorpresa a los sindicatos. Víctor Ledo, responsable de la federación de industria en CC.OO., ha solicitado una reunión con la dirección de la empresa para conocer los detalles de la situación.
El sindicalista lamenta que la decisión de solicitar la liquidación se haya realizado sin informar ni buscar alternativas con los trabajadores. La plantilla en España está formada por unos 170 trabajadores, de los que 79 están en Galicia — una quincena en tiendas y el resto en fábricas–.