La cadena hotelera de Sandra Ortega y Kike Sarasola estudia su salida a bolsa

Room Mate, que recibió una inyección de 10,3 millones de Rosp Corunna para corregir pérdidas, busca inversores que le permitan continuar su expansión

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La cadena hotelera Room Mate, una compañía mediana pero con aspiraciones de seguir creciendo, fue uno de los primeros quebraderos de cabeza de Sandra Ortega tras heredar la fortuna de la mujer más rica de España, Rosalía Mera. Entre otros motivos, porque la compañía acumulaba números rojos por valor de 3,4 millones en 2012 y de 4,9 millones en 2013. A cierre de ese ejercicio, Room Mate gestionaba ya 1.704 habitaciones en hoteles repartidos por España, Turquía, Italia, Argentina, Estados Unidos, Holanda y México.

Y la vocación de la empresa es seguir sumando unidades. Su presidente, Kike Sarasola, prevé la apertura de otros nueve establecimientos este ejercicio, hasta alcanzar los 30, y busca nuevos espacios para elevar la cuenta hasta «entre 45 y 50 hoteles». Pero para eso hace falta dinero y Sarasola está dispuesto a buscarlo «debajo de las piedras». Es decir con créditos de la banca, socios inversores e incluso con la salida a bolsa de la cadena hotelera.

 Crecer a toda costa

El popular empresario, socio de Sandra Ortega en el sector hotelero, reconoció en una entrevista a El Pais que está «considerando todas las opciones», incluida la de debutar en el parqué. «Es el momento de crecer. La gente está entusiasmada con Room Mate y me llegan muchas ofertas de propietarios de edificios para que abramos hoteles», zanjó.

Room Mate no compra los edificios, sino que los gestiona en régimen de alquiler y los acondiciona como hoteles boutique o establecimientos de tres o cuatro estrellas. Pero hasta ahora la liquidez no ha acompañado a la evolución de la cadena. Sarasola sostiene que el ebitda es positivo, que la facturación se ha disparado un 25% en el arranque de 2015 y que, aunque han notado la crisis, «nunca» han tenido «problemas económicos». Pero lo cierto es que, hace solo unos meses, Sandra Ortega salió otra vez al rescate de la hotelera de la que controla algo más del 30%.

 Sandra Ortega, al rescate

El año pasado, los socios de Room Mate cerraron un acuerdo para restablecer el equilibrio patrimonial del grupo. Dicho pacto no era otra cosa que una operación acordeón en la que se redujo el capital social a cero y se amplió simultáneamente «hasta los 60.000 euros con una prima de asunción total por importe de 4.361.400 euros».

Esta fue solo la primera parte, porque adicionalmente, Rosp Corunna Participaciones Empresariales inyectó otros 10,3 millones en los fondos propios de la compañía mediante la capitalización anticipada de un crédito que el brazo inversor de Sandra Ortega había concedido a Room Mate.

Esta operación obligó a reformular las cuentas del ejercicio 2013, que dejaron a la cadena hotelera con un patrimonio neto negativo de 9,5 millones y unos fondos propios también negativos por valor de 11,4 millones. Lo que se entiende en contabilidad por una quiebra técnica.

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