La banca tiene en el punto de mira los activos de Martinsa

Los acreedores, que ultiman un acuerdo para rescatar a la compañía, creen que la solución a largo plazo pasa por cambiar deuda por inmuebles

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Martinsa-Fadesa, la inmobiliaria que salió con vida del mayor concurso de acreedores de la historia de España, necesita 140 millones para evitar entrar en causa de disolución. Esa es la mayor urgencia que afronta el presidente de la compañía, Fernando Martín, que lleva tres semanas intentando acordar con los acreedores una operación para canjear deuda por créditos participativos y obtener así tiempo y oxígeno para intentar reflotar la compañía, que presentaba un patrimonio neto negativo de 3.949 millones de euros al cierre del tercer trimestre de 2013.

Las dificultades para lograr un acuerdo, que debería cerrarse la semana que viene tras la tercera llamada de socorro de la compañía con sede en A Coruña, han hecho aflorar la preocupación de los principales acreedores, entre los que están, Novagalicia, La Caixa, Banco Popular, Bankia, BBVA, Santander o Royal Bank. Parte de este grupo plantea la posibilidad de canjear deuda por activos de Martinsa-Fadesa, una opción que nunca ha puesto sobre la mesa Fernando Martín, que siempre habló de convertir deuda en créditos participativos.

Problemas con la deuda de 3.900 millones

El razonamiento de la banca se basa en el casi único punto fuerte de Martinsa, su patrimonio. En las cuentas anuales que cerró en 2012 contaba con activos por un valor superior a los 3.500 millones de euros. De hecho, un sector crítico con la gestión de Fernando Martín ya había pedido que vendiese activos para solventar los urgentes problemas de tesorería.

La opción que baraja ahora la banca se piensa a largo plazo. Si, finalmente, la inmobiliaria logra los 140 millones que necesita para evitar la liquidación tendrá una nueva cita marcada en rojo en el calendario a finales de 2014, cuando tenga que abonar los pagos comprometidos con sus acreedores. La última crisis de la compañía estalla, precisamente, al no lograr pagar los 36 millones fijados en el convenio con los acreedores para el ejercicio 2013.

Sin embargo, los planes de la compañía parecen ir en otra dirección. En respuesta a un requerimiento de información de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía reconoce que negocia una reestructuración de la deuda concursal, que se sitúa en los 3.900 millones de euros.

Democratización del ‘rescate’

Ese es el horizonte más problemático de Martinsa-Fadesa. Antes tendrá que lograr los 140 millones que necesita para seguir adelante. Ha citado a los principales acreedores para que den una respuesta esta semana. Hasta el momento han rechazado los dos primeros planteamientos de la inmobiliaria, que primero pidió canjear deuda subordinada, con privilegios de pago, y posteriormente sumó una parte de deuda ordinaria, sin privilegios, al canje por créditos participativos.

La propuesta que están valorando ahora los acreedores es una modificación de la segunda. Martinsa ha cambiado la conversión de deuda subordinada, que perjudicaba sobre todo a Bankia, por un planteamiento más repartido entre los acreedores en el que se incluye más deuda ordinaria. Fuentes de la banca aseguran que tiene más posibilidades de salir adelante ya que la mayoría de entidades “dan por perdida” una gran parte de la deuda ordinaria mientras que prefieren conservar la que tiene privilegios, es decir, que se paga primero ante una eventual liquidación.

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