La banca impone su ley en la vieja y en la nueva Pescanova

El consejo de administración retira su propuesta para que los accionistas conserven un 20% del capital de la compañía ante las amenaza del G7 de tomar medidas legales

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La última batalla en el seno de Pescanova la ha vuelto a ganar la banca, en concreto, el G7 que conforman los principales acreedores de la multinacional gallega. Ya sucedió antes, cuando Damm trató de sacar adelante un convenio para evitar la liquidación de la compañía tras el fraude contable que acabó con Manuel Fernández de Sousa. Entonces fueron los acreedores financieros los que se llevaron el gato al agua con la propuesta que está ahora desarrolándose y que dará al G7 (Banco Sabadell, Popular, Abanca, Bankia, BBVA, CaixaBank y UBI) el control de la nueva entidad, refundada y con nueva vida.

Para la reestructuración, además de la aprobación del convenio de las filiales, se ejecutará una ampliación de capital en la que los grandes accionistas actuales de Pescanova verán diluida su participación al 5% de la compañía. El consejo de administración propuso a la banca elevar este límite y dejar en manos de los accionistas un 20% de la nueva Pescanova. Sostienen que no afecta a los términos generales del convenio, que no pone en riesgo la viabilidad de la compañía y que compensa, en cierta forma, a los inversores, que también fueron víctimas del fraude contable en la pesquera.

Esta propuesta ha pasado a la historia. El consejo de administración remitió un comunicado este martes a la CNMV en el que anuncia que no presentará esta solución en la Junta General de septiembre y se limitará al guión previo de la ampliación de capital y la reestructuración de la empresa en los términos ya previstos.

La banca no traga

El paso atrás se debe a la oposición de la banca. «En ningún momento se apreció receptividad a la propuesta y, finalmente, con fecha 10 de agosto de 2015, el Consejo de Administración recibió un burofax de las entidades integrantes del G-7 por el que se rechazaba de forma categórica la Propuesta, pese a reconocer que «pueda resultar más atractiva para los accionistas de Pescanova», por entender que la misma supondría una desviación unilateral de lo acordado en los convenios», dice el comunicado a la CNMV.

El G7, explica la administración de la compañía, anunció incluso «el posible ejercicio de las acciones legales que pudieran corresponderles en defensa de sus derechos e intereses, incluyendo las de declaración de incumplimiento de los convenios», en caso de que los accionistas intentaran preservar el 20% del capital.   

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