La banca detecta un cruce de facturas falsas en filiales de Pescanova por valor de 20 millones

El grueso de las operaciones apunta a las sociedades de la pesquera en África

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La maraña contable de Pescanova comienza a desenredarse. Aprobado ya el concurso de acreedores y a la espera de que Deloitte acepte la propuesta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de ser administrador concursal, nuevos datos confirman la delicada situación de la multinacional. Fuentes de la banca acreedora aseguran que se ha detectado “un cruce de facturas falsas entre filiales” de la pesquera por valor de 20 millones de euros.

Estas mismas fuentes señalan que el grueso de las supuestas facturas falsas pivota principalmente “sobre las filiales africanas” de la empresa.

Novaman

Entre las sociedades que la multinacional pesquera tiene en África destaca Novaman, en Namibia. En 2012 esta compañía pasó de estar auditada por Ernst& Young a estarlo por BDO, la consultora que Manuel Fernández de Sousa pidió revocar al entender que no había ejercido su trabajo correctamente, ya que en 10 años no detectó irregularidad alguna en las cuentas de Pescanova.

Además de en Namibia, la pesquera también está presente en Mozambique, Suráfrica y Angola, donde cuenta con Marnova Lda.

No es la primera vez que se oye hablar del tema. Según publicó El Economista, el banco HSBC habría solicitado el concurso necesario para Pesca Chile, la filial chilena de Pescanova. El digital, que se remite a fuentes financieras, asegura que BDO habría detectado irregularidades en esta sociedad, entre las que podría haber «facturas falsas o sin justificar».

La sombra de las filiales

Desde el inicio de la crisis de Pescanova, muchas fueron las voces que apuntaron a que parte de la deuda no declarada tenía su origen en las filiales. Mayoritariamente, en las situadas fuera del perímetro de consolidación de la compañía. Aquellas en las que su participación oficial es menor al 49% y en las que las auditoras sólo pueden acceder a información sobre inversiones.

El grupo de congelados está compuesto por un entramado de más de 80 sociedades en los cinco continentes, que cuentan además con diferentes métodos de consolidación.

Operaciones entre sociedades

Es habitual que las empresas que conforman la compañía establezcan entre sí operaciones como la compraventa de bienes y el intercambio de servicios. Las filiales tienen saldos pendientes derivados de la concesión de créditos entre ellas y por operaciones comerciales.

Los acreedores de la compañía gallega estudian minuciosamente estos días los números de las filiales para poder conseguir una aproximación de la deuda real de la pesquera, que todavía no ha sido declarada de forma oficial. La banca tiene un mes para detallar por escrito ante el juzgado todos los créditos concedidos al grupo.

Según diversas fuentes, la compañía presidida por Manuel Fernández de Sousa tendría, sólo en concepto de deuda bancaria, más de 3.000 millones de euros, además de otros 375 millones en bonos.

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